El Ejército de Burkina Faso, ayudado por tropas francesas, puso fin ayer por la mañana a la toma del hotel Splendid de Uagadugú, la capital del país, donde un comando yihadista de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) se atrincheró durante trece horas, matando al menos a 26 personas de 18 nacionalidades -entre ellas un hombre y una mujer franceses- y tomando como rehenes a otras 156.

Al Qaeda precisó que el ataque fue llevado a cabo por combatientes del grupo Al Murabitún, dirigido por el histórico yihadista argelino Mojtar Belmojtar. Se trata del mismo grupo que el pasado noviembre atacó un hotel en Bamako, la capital de Mali, también frecuentado por occidentales, matando a 19 personas.

El asalto terrorista se inició el viernes por la noche a las 20.00 horas (una hora más en España). Según fuentes del Ministerio de Seguridad local, el ataque comenzó en un restaurante próximo al hotel, situado en el distrito financiero de la ciudad y, como el hotel, frecuentado por occidentales, personal de la ONU y oficiales del Ejército francés. En este restaurante podrían haber muerto diez personas por disparos y otras 30 habrían quedado retenidas.

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Poco después, los terroristas hicieron estallar un coche-bomba en la puerta del hotel -lo que llegó a provocar el incendio de otros ocho vehículos estacionados en la misma calle- y accedieron al establecimiento disparando, según relató el ministro de Función Pública, Clément Sawadogo, que celebraba allí una reunión de la que logró salir indemne.

"Vi a dos personas, una de ellas con una capucha y la otra con la cara descubierta disparando a quemarropa. Uno de ellos era árabe, y el otro tenía la piel visiblemente negra", relató después a los medios el ministro. El Gobierno de Burkina Faso informó posteriormente que el número de asaltantes fue de cuatro, todos ellos abatidos, y que dos de ellos eran mujeres.

La respuesta del Ejército local contó con el apoyo de las fuerzas franceses y de agentes de los servicios de inteligencia estadounidenses, que disponen de bases en el país para luchar contra el yihadismo en el área del Sahel.

Los terroristas se atrincheraron con los rehenes en las plantas superiores del hotel y colocaron explosivos en diferentes partes del edificio, lo que dificultó la acción de los soldados, que tuvieron que avanzar muy lentamente.

Finalmente, los militares abatieron a tiros a los terroristas y liberaron a 126 personas retenidas en el hotel, aunque se desconoce si alguna de las víctimas registradas perdió la vida en este tiroteo.

Antes de concluir el asalto, uno de los terroristas envió dos mensajes a la agencia privada mauritana Al Ajbar, habitual receptora de los comunicados de AQMI. En el primero de ellos reivindicó el atentado, mientras que en el segundo aseguró que habían logrado matar a 30 personas y amenazó abiertamente a Francia: "Combatiremos a Francia hasta la última gota de nuestra sangre".

Sin conocer aún esta última amenaza, el primer ministro galo, Manuel Valls, dejó un mensaje en Twitter: "Al atacar #BurkinaFaso, los terroristas han golpeado de nuevo el mundo. Juntos responderemos y venceremos", escribió.