"La gente de París está bastante traumatizada y algo harta de esta violencia y recelosa de los musulmanes, aunque muchos radicales son jóvenes ciudadanos franceses, ya nacidos aquí y convertidos al Islam", señala el cangués Adolfo Villar, que vive a caballo entre la capital francesa y Cangas. Ahora está en Francia y el viernes había salido al cine. "Fuimos a ver la última de James Bond, pero a última hora de la tarde, y los atentados ya nos pillaron en casa. En la siguiente sesión ya hubo que evacuar el cine donde habíamos estado poco antes". Reside en el sur de París, lejos de la zona donde se produjeron los tiroteos y aunque "hay preocupación, no se aprecian grandes problemas".