La muerte esta tarde de un joven herido por fuego israelí en enfrentamientos en la zona de Hebrón el viernes elevó a 21 el número de palestinos muertos en los disturbios o tras llevar a cabo apuñalamientos o ser sospechosos de ello en los últimos diez días.

El fallecido fue identificado como Ibrahim Ahmad Mustafá Aoud, de 27 años, que recibió un disparo en la cabeza con una bala recauchutada durante los choques con fuerzas del Ejército israelí en la localidad de Beit Umar, al norte de Hebrón, en el sur del territorio palestino ocupado de Cisjordania, informó la agencia de noticias Maan.

De los 21 fallecidos (todos de entre 13 y 27 años), 15 murieron en enfrentamientos violentos con fuerzas israelíes en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, mientras que fuerzas de seguridad mataron a seis tras haber cometido apuñalamientos y a uno acusado de haberlo hecho.

La ONG palestina Al Haq mostró hoy su "profunda preocupación" por el deterioro de la situación en los territorios ocupados y denunció que, desde principios de mes, más de mil palestinos han resultado heridos por fuego israelí y se han multiplicado los ataques de los colonos contra palestinos y sus propiedades, "a menudo con presencia de soldados".

Las víctimas se deben a un "uso excesivo de la fuerza", que ha provocado que se registren "muertos y heridos a un ritmo alarmante", dice un informe de la ONG, que afirma que desde principios de año han muerto 51 palestinos por fuego israelí.

En este mismo periodo han muerto por ataques palestinos cuatro israelíes, todos ellos colonos, y más de una veintena han resultado heridos. Los llamamientos a la violencia por parte de varias de las facciones palestinas hacen temer que no va a amainar próximamente.

La oleada se inició hace nueve días con el asesinato de dos colonos israelíes en el norte de Cisjordania a manos, según Israel, de una célula terrorista de Hamás, que fue seguido dos días más tarde por el asesinato en Jerusalén Este de otros dos israelíes, uno de ellos soldado, que fueron apuñalados.

La tensión se había iniciado hace más de tres semanas, con revueltas en torno a la Explanada de las Mezquitas, en la ciudad vieja de Jerusalén, por las cada vez más comunes y abundantes visitas de judíos nacionalistas que pretenden rezar en el lugar, lo que los palestinos consideran una provocación y un intento de cambiar el statu quo.

Israel ha asegurado que no pretende introducir ningún cambio en la zona, sagrada tanto para musulmanes como para judíos y donde está prohibido el rezo no islámico, y acusa a los palestinos de incitar y de atacar a los visitantes que acuden allí en las pocas horas al día destinadas a ello.

El presidente palestino, Mahmud Abás, aseguró esta semana que Israel debe alejarse de los lugares sagrados palestinos, tanto musulmanes como cristianos.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por su parte, tomó una medida conciliadora prohibiendo las visitas a la Explanada de miembros de su Gobierno y del Parlamento (Kneset), lo que provocó las protestas de diputados árabes, algunos de los cuales ya han tratado de saltarse la prohibición.