El Papa, quien se reunió hoy en Filadelfia (EE.UU.) con cinco víctimas de abusos sexuales, aseguró que los miembros de la Iglesia responsables de este tipo de hechos "rendirán cuentas" y que estos casos, entre cuyos autores hay obispos,"no pueden ser mantenidos en secreto durante más tiempo".

"Los crímenes, los pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto durante más tiempo", reiteró el papa Francisco.

"Lo llevo grabado en el corazón", dijo Jorge Mario Bergoglio sobre el "sufrimiento de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes.

El pontífice mantuvo ese encuentro poco antes de terminar su viaje pastoral a Estados Unidos, donde ya aludió en Nueva York a la "vergüenza" que causan en la Iglesia esos "crímenes".

Hoy en Filadelfia la ocasión fue el encuentro con los obispos que participaron en la organización del VIII Encuentro Mundial de las Familias, que se clausuró en esta ciudad estadounidense, por lo que el mensaje del pontífice fue dirigido a un colectivo internacional de la jerarquía de la Iglesia.

"Lamento profundamente que algunos obispos no cumplieran con su responsabilidad de proteger a los menores. Es muy inquietante saber que en algunos casos incluso los obispos eran ellos mismos los abusadores", les dijo el papa a cinco víctimas de abusos.

"En algunos casos, la confianza fue traicionada por miembros de su propia familia, en otros casos por miembros de la Iglesia, sacerdotes que tienen una responsabilidad sagrada para el cuidado de las almas", reveló el Vaticano en un comunicado tras la reunión.

El encuentro, explicó la Santa Sede, se celebró en el Seminario de San Carlos Borromeo, duró una media hora y en ella el papa se encontró con cinco adultos (dos mujeres y tres hombres) que sufrieron abusos sexuales cuando eran menores.

Todos ellos iban acompañados de un familiar o de una persona de confianza y el grupo estaba acompañado por el cardenal Seán Patrick O'Malley, arzobispo de Boston, y el presidente de la comisión creada por el papa para la Protección de los Menores, el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput.

Además estaba presente el obispo Michael J. Fitzgerald, responsable de protección de menores en la diócesis de Filadelfia.

El papa, según un comunicado del Vaticano, escuchó sus testimonios, se dirigió a todos ellos en conjunto y luego habló con cada uno, antes de rezar conjuntamente.

"En todas las circunstancias, la traición fue una terrible violación de la dignidad humana", les dijo el pontífice, quien agregó: "lamento profundamente las veces en que ustedes o sus familias denunciaron abusos pero no fueron escuchados o creídos".

Y según anunció el propio pontífice a los obispos todos los responsables de esos crímenes "rendirán cuentas".

"Continúa abrumándome la vergüenza por personas que tenían a su cargo el cuidado tierno de esos pequeños les violaron y les causaron graves daños", dijo el papa en una inusual precisión sobre la naturaleza de estos crímenes.

Este encuentro el Vaticano lo había adelantado en cierto modo, aunque no quiso dar detalles de cuándo y cómo se produciría.

La primera y única referencia que había hecho el sumo pontífice durante su viaje a Estados Unidos -un país donde la revelación de casos de abusos a menores por parte de miembros del clero se ha relacionado con el descenso del apoyo a la Iglesia católica- fue en Nueva York.

En la catedral de San Patricio de esa ciudad, el papa le dijo a una audiencia compuesta tanto por religiosos y religiosas como por miembros de la jerarquía: "Soy consciente del valor con el que han afrontado momentos oscuros de su recorrido eclesiástico sin temer autocríticas ni ahorrarse humillaciones y sacrificios".

Pero hasta hoy no había dicho tan expresa y claramente que esos crímenes serán perseguidos y que incluso fueron cometidos por obispos quienes, aseguró: "tendrán que rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los menores".