El Papa Francisco ha abogado en el Congreso de Estados Unidos por la "abolición mundial de la pena de muerte" porque "una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación".

"Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad solo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito", añadió.

El Pontífice, el primer papa que interviene ante el Congreso estadounidense, recordó en el contexto de su petición para acabar en el mundo con la pena capital que "el parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros".

"La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo", agregó Jorge Mario Bergoglio en relación con la pena de muerte, que sigue vigente en Estados Unidos.

El Papa pronunció un discurso en el que utilizó como referencias cuatro personalidades de la historia estadounidense, el expresidente Abraham Lincoln, el Premio Nobel de la paz Martin Luther King, la fundadora del Movimiento de Trabajadores Católicos, Dorothy Day, y el monje cisterciense Thomas Merton.

Por su parte, en Nueva York, el pontífice ha lamentado en la catedral de San Patricio la "vergüenza" que causan a la Iglesia los casos de pederastia.

Francisco se reunió, nada más llegar a la ciudad, con el clero, religiosos y religiosas con los que celebró un oficio religioso en el que reconoció que "han sufrido mucho a causa de la vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos".

El Pontífice les dijo que sabe de su sufrimiento "como cuerpo presbiterial, junto con el Pueblo de Dios" por esos actos que él mismo calificó de "crímenes" esta misma semana en la reunión que mantuvo con los obispos estadounidenses.

A ellos les instó Francisco el miércoles a trabajar para que "no se repitan nunca más" esos actos durante los que denominó "momentos oscuros" de los últimos años en la Iglesia en este país.

"Soy consciente del valor con el que han afrontado momentos oscuros de su recorrido eclesiástico sin temer autocríticas ni ahorrarse humillaciones y sacrificios", dijo el papa en esa primera ocasión, pero sin citar explícitamente casos de abusos sexuales a menores.

El Papa sí aludió hoy en Nueva York más explícitamente a los casos de pederastia cometidos por miembros del clero estadounidense después de recordar a "los sacerdotes y consagrados de este país que, solo en el campo de la educación, han tenido un papel fundamental".

Y ello, explicó, "ayudando a los padres en la labor de dar a sus hijos el alimento que los nutre para la vida".

Jorge Mario Bergoglio se refirió específicamente en este aspecto a las contribuciones de santa Isabel Ana Seton, cofundadora de la primera escuela católica gratuita para niñas en Estados Unidos, y de san Juan Neumann, fundador del primer sistema de educación católica en el país.

A los reunidos en San Patricio el Papa les habló de los peligros a los que se pueden enfrentar en su labor, como por ejemplo medir el valor de sus esfuerzos apostólicos "con los criterios de la eficiencia, de la funcionalidad y del éxito externo, que rige el mundo de los negocios".

La mención llegó en la capital del dinero, Nueva York, una de las tres ciudades que visita el papa en su viaje a este país; además, estuvo en Washington, la capital política, y estará desde el sábado en Filadelfia, la capital histórica de Estados Unidos.

El papa también se refirió al tiempo que pueden dedicar los miembros del clero al descanso y al ocio, pero les advirtió de que, aunque son necesarios, deberían valer para que aumente su "deseo de servir generosamente".

"La cercanía a los pobres, a los refugiados, a los inmigrantes, a los enfermos, a los explotados, a los ancianos que sufren la soledad, a los encarcelados y a tantos otros pobres de Dios nos enseñará otro tipo de descanso, más cristiano y generoso", les comentó.

El de San Patricio fue el primer acto de una agenda que, en Nueva York, tendrá un intenso programa el viernes, jornada que comenzará con la visita del Pontífice a la sede de Naciones Unidas.

Allí será recibido por el secretario general de la organización, Ban Ki-moon y después pronunciará un discurso ante el personal de la ONU.

Después Bergoglio se reunirá en privado con el presidente del Consejo de Seguridad, el embajador ruso Vitaly Churkin, y pronunciará un esperado discurso que dirigirá a los miembros de la Asamblea General.

La jornada continuará en la Zona Cero, donde el papa participará en el encuentro que, en ese lugar que recuerda los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, reunirá además a representantes de musulmanes y judíos.

Luego el Papa acudirá a la Escuela Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en Brooklyn, donde mantendrá un encuentro con niños y familias de inmigrantes; la jornada concluirá con la misa que el pontífice presidirá en el Madison Square Garden.

Será el último evento de Bergoglio en Nueva York, puesto que al día siguiente tiene previsto volar a Filadelfia para asistir al VIII Encuentro Mundial de las Familias.