El Papa instó ayer al Congreso de Estado Unidos, reunido en sesión conjunta, a abolir la pena de muerte y proteger la vida en todas las etapas de su desarrollo, en una clara referencia al aborto.

Francisco, primer pontífice de la historia en hablar ante el Congreso, reiteró que la sociedad solo puede beneficiarse de la "rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito".

Refiriéndose a la crisis de refugiados que vive Europa, sin precedentes desde la II Guerra Mundial, Bergoglio insistió en no repetir "los pecados y errores del pasado" con los inmigrantes. Por ello, invitó a "no dejarse intimidar por los números" sino "más bien mirar a las personas". El Papa, que se dirigió al Congreso de EE UU como "hijo de inmigrantes", lamentó que los derechos de los que emigraron a ese país no siempre fueron respetados en el pasado.

Una multitud diversa recibió el saludo y la bendición del papa Francisco en los jardines del Capitolio de Washington, tras el discurso del pontífice.

El Pontífice expresará hoy, viernes, en la ONU sus ideas sobre el ser humano y su entorno, ante una audiencia que nunca había sido tan numerosa y selecta.