La reportera húngara que dio patadas y puso zancadillas a refugiados mientras huían de un control policial junto a la frontera serbia lamentó ayer sus actos, que justificó debido a un ataque de pánico. "Siento sinceramente lo ocurrido (...) prácticamente estoy en un estado de choque por lo que hice y por lo que están haciendo conmigo", afirma Petra László en una carta publicada en la prensa local.

La policía de Budapest interrogó a la reportera, a quien la fiscalía acusa de vandalismo y que se arriesga a una pena de hasta siete años de cárcel tras haber sido denunciada por varias formaciones opositoras.

"Difícil"

László comentó que cuando estaba con su cámara en el punto de reunión de Röszke, centenares de refugiados comenzaron a correr hacia ella, lo que le causó temor. "Es difícil tomar decisiones correctas cuando uno está en pánico. Yo no pude hacerlo", aseguró.

László, reportera ya expulsada de la televisión N1, cercana al partido de ultraderecha Jobbik, puso una zancadilla a un padre que huía de la Policía con su hijo de 7 años en brazos. En otras imágenes se la ve propinando puntapiés a varios refugiados, incluida una niña.