El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, advirtió el viernes durante su histórica visita a La Habana que no podrá lograrse el levantamiento del embargo a Cuba si el castrismo no avanza en derechos humanos, amplia denominación bajo la que se esconde una mucho más concreta petición de un proceso de apertura y reforma política.

El comentario de Kerry, transmitido tanto al Gobierno cubano como a los disidentes con los que se reunió en la isla, va en realidad dirigido a los legisladores de Washington, poco proclives a poner fin a un bloqueo cuyo levantamiento queda fuera de las competencias del presidente Obama. Sin embargo, es más que improbable que surta efecto en el Ejecutivo de Raúl Castro.

"Tiene que haber algo de avance en el contexto de los derechos humanos porque no se puede normalizar (la relación) sin eso", dijo Kerry en un encuentro con un grupo de medios, entre ellos Efe. "De ninguna manera el Congreso va a levantar el embargo si ellos (los cubanos) no se mueven en lo relativo a asuntos de conciencia", añadió el secretario de Estado.

Para Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, está claro que "si el Gobierno cubano diera pasos hacia la apertura y las reformas políticas, esos movimientos se verían con buenos ojos en Washington y ayudarían a construir apoyos para levantar el embargo".

"Los comentarios de Kerry apuntaron a una clara verdad política, pero es improbable que vayan a ser muy eficaces a la hora de persuadir al Gobierno cubano para que proporcione más libertades civiles y protección de los derechos humanos a sus ciudadanos", indicó Shifter a Efe.

Durante su conferencia de prensa junto a Kerry, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, sostuvo el viernes que Cuba respeta los derechos humanos y dedicó un buen rato a enumerar los problemas que padece EE UU en ese campo, como la desigualdad racial o la "brutalidad policial".

Mientras, las reacciones de los anticastristas a la visita de Kerry a La Habana, con la que el viernes se oficializó la reapertura de la Embajada cerrada en 1961, han sido diferentes dentro y fuera de la isla. Miembros del exilio cubano en Miami calificaron de "bofetada a la libertad, la democracia y los derechos humanos" el izado de la bandera estadounidense en la embajada de La Habana. "El mensaje que da el acto es que Estados Unidos acepta la dictadura como un forma de Gobierno legítimo", manifestó un exiliado.

Dentro de Cuba, los disidentes que fueron recibidos por Kerry se mostraron en general satisfechos del encuentro, en el que expusieron sus inquietudes sobre los derechos humanos en la isla. "La reunión ha sido muy completa pero muy apretada de tiempo", expresó la conocida bloguera Yoani Sánchez, quien aseguró irse "satisfecha" por el compromiso de Kerry de seguir presionando al castrismo sobre derechos humanos.