Turquía anunció ayer un acuerdo con EE UU para crear una "zona segura" en el norte de Siria, a cargo del Ejército Libre Sirio (ELS), el principal grupo rebelde no islamistas. En caso de que la zona sea violada -kurdos e islamistas son quienes más posibilidades tienen de hacerlo-, el ELS recibirá apoyo aéreo turco o estadounidense.

El acuerdo bilateral para la creación de esta zona segura forma parte del giro estratégico turco hacia una mayor participación en el conflicto sirio. La cesión de bases aéreas turcas a EE UU o la campaña de bombardeos de la aviación de Ankara contra el Estado Islámico son otras medidas adoptadas por Turquía desde finales de julio, a las que se han unido ataques en mayor escala contra los independentistas kurdos del PKK.

Ayer mismo, la aviación turca bombardeó 17 objetivos de ese grupo en el sureste del país, mientras que, de madrugada, un soldado turco murió en un ataque guerrillero. Siete milicianos del PKK murieron el domingo en choques con el Ejército turco en el este del país, según se informó ayer.

El anuncio de la creación de la "zona segura" -destinada a acoger refugiados- llegó 24 horas después de que Turquía sufriese el lunes un total de siete atentados, saldados con nueve muertos.

Atentado

Precisamente, los kurdos del PKK reivindicaron ayer la autoría de uno de los atentados, el de carácter suicida perpetrado con coche-bomba contra una comisaría de Estambul, que se saldó con la muerte de cuatro personas: un policía y tres atacantes.

Esta actividad bélica se produce sobre el agitado telón político dejado por las legislativas del 7 de junio, en las que el gobernante AKP (islamista) del presidente Erdogan perdió la mayoría absoluta que ostentaba desde 2002.

Los líderes del AKP y del mayor partido opositor (CHP) se reunieron el lunes para estudiar una gran coalición que, según el CHP, encuentra su mayor obstáculo en la "política belicista" de Erdogan. Si en los próximos 13 días no se alcanza un acuerdo, Erdogan tendrá que convocar nuevas elecciones.