Al menos 4.831 personas murieron en Siria en julio, entre civiles, rebeldes, yihadistas, militares y milicias del régimen, según datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que estimó en 1.021 el número de civiles, de los que 231 eran menores de 8 años y 159 tenían entre 8 y 18 años.