Una oleada de atentados sacudió este viernes tres continentes con una balance provisional de más de 50 muertos, después de que hace cinco días el grupo terrorista Estado Islámico (EI) instara a los musulmanes a llevar a cabo ataques con motivo del mes de ayuno del Ramadán. Estado Islámico ha reivindicado los atentados de Kuwait y Túnez, país este último en el que la mayoría de las víctimas eran británicas.

Hace unos días, el portavoz de la agrupación yihadista, Abu Mohamed al Adnani, animó a sus seguidores a realizar "conquistas en este mes sagrado y a exponerse al martirio", porque, según dijo, "la yihad en Ramadán no es como en otros meses". Al Adnani instó a los creyentes a convertir este mes en "una calamidad para los infieles". El Estado Islámico quedó constituido el 29 de junio de 2014 y los servicios de inteligencia creen que los atentados de ayer podrían obedecer a un deseo de conmemorar esa fecha. Las potencias occidentales han incrementado sus niveles de alerta.

Túnez, Francia y Kuwait fueron este viernes los objetivos de supuestos ataques terroristas y fue el país norteafricano el que sufrió el ataque más sangriento, con al menos 39 muertos y 36 heridos en un asalto contra hoteles en la localidad turística de Susa, al sur de la capital, informaron a Efe fuentes de Seguridad.

Dos hombres armados abrieron fuego de forma indiscriminada contra las personas que se encontraron a su paso, entre ellos numerosos turistas extranjeros. Los hoteles afectados son el "Imperial Marhaba", de la cadena española Riu, y el vecino "Muradi Palm Marinay". Los terroristas "entraron con fusiles en el hotel y abrieron fuego contra las personas que encontraban a su paso", explicaron a Efe testigos que se encontraban en uno de los establecimiento. En el ataque, uno de los terroristas resultó muerto mientras el segundo fue detenido por las fuerzas de seguridad.

Nuevo ataque contra el turismo en Túnez

Este atentado en Túnez se produce tres meses después del que se produjo el 18 de marzo y en el que 22 turistas extranjeros murieran acribillados por varios yihadistas en el museo El Bardo de la capital. Forenses tunecinos han logrado identificar ya a diez de las 39 víctimas del atentado . Según la fuente, ocho de los cadáveres pertenecen a ciudadanos del Reino Unido, uno es de nacionalidad belga y el otro un turista alemán. El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, informó hoy de que muchos de los muertos en el atentado del viernes en Túnez son británico. El viernes, la gerencia del hotel, de la cadena española, aseguró a Efe que no hay ningún español ni latinoamericano entre las víctimas.

Cerca de 2.500 turistas extranjeros han abandonado Túnez en las últimas horas como consecuencia del atentado. Todos ellos han partido de los aeropuertos aledaños y de la propia capital, donde se ha creado cierta confusión con la llegada de numerosos vuelos charter fletados por las compañías turísticas para recoger a sus asustados clientes. Contactado por Efe, el Ministerio de Turismo no ha confirmado ni desmentido estas cifras y se ha limitado a apuntar que se está valorando el impacto real de la masacre.

Pero no fue el único atentado en un día que comenzó con el hallazgo en el sureste de Francia de un hombre decapitado a la entrada de una fábrica en la que se produjo una explosión por la colisión de un vehículo contra varias bombonas de gas.

Francia, objetivo del terrorismo yihadista

Al menos dos personas resultaron heridas en este ataque, cometido presuntamente por Yasin Sali, de 35 años y vinculado a movimientos salafistas, razón por la que fue vigilado por los servicios de inteligencia franceses de 2006 a 2008.

Sali fue detenido por un bombero cerca del lugar del atentado, en el que se hallaron banderas supuestamente islamistas.

El sospechoso trabajaba como chófer en una empresa de reparto, según confirmó su esposa y madre de sus tres hijos a la emisora de radio francesa "Europe 1", antes de ser detenida por la policía.

El vehículo con el que el supuesto terrorista entró para atentar en la fábrica de Air Products, en Saint-Quentin Fallavier, cerca de Lyon, estaba autorizado para entrar en la empresa, por lo que no levantó sospechas.

El hombre decapitado hallado en la fábrica era el gerente de la empresa de reparto en la que trabajaba el supuesto autor del crimen, según informaron fuentes cercanas a la investigación.

Tras producirse el atentado, el presidente francés, François Hollande, abandonó el Consejo Europeo en Bruselas para volver a París y convocar en el Elíseo una reunión del Consejo Restringido de la Defensa.

"La intención del hombre era provocar una explosión y no hay duda que se trata de un ataque de naturaleza terrorista, dado que además ha sido encontrado un cadáver decapitado con inscripciones", explicó Hollande en conferencia de prensa antes de trasladarse a París.

Hollande expresó además el apoyo de su país a su homólogo tunecino, Beji Caid Essebsi, y acordó reforzar la colaboración bilateral contra el terrorismo.

Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, acortó su estancia en Bogotá, donde había comenzado ayer un viaje oficial, y anuló su siguiente escala, en Ecuador.

Masacre en una mezquita chií de Kuwait

Y el tercer objetivo de los terroristas este viernes fue Kuwait, donde el grupo yihadista Estado Islámico (EI) asumió la autoría de un atentado perpetrado contra una mezquita chií en la capital kuwaití, que causó 25 muertos y 202 heridos.

Según un comunicado difundido en internet y cuya autenticidad no ha podido ser verificada, el grupo terrorista asegura que el ataque fue perpetrado por un suicida que portaba un cinturón cargado de explosivos.

Reacciones

Una jornada negra de atentados que provocó numerosas reacciones, entre las que destaca la del expresidente francés Nicolas Sarkozy, que aseguró que los autores del asalto cerca de Lyon han declarado la guerra no solo a Francia y a la democracia, sino "a la civilización".

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, reiteró desde Bruselas su más enérgica condena ante acciones de este tipo y alertó de que "la barbarie y la sinrazón golpean a todos por igual" y todos deben colaborar en la erradicación de esta lacra.