Veintidós millones de italianos (un 37% del cuerpo electoral) estaban llamados ayer a las urnas para renovar los gobiernos de siete de las 20 regiones del país y de un millar de municipios, en unos comicios que suponen el primer gran test para el presidente del Consejo, el centroizquierdista Matteo Renzi (PD), desde que hace un año se impuso, con un 40% de los votos, en las elecciones europeas.

Dado que las urnas estuvieron abiertas hasta las once de la noche, a lo que se suma la variedad y complejidad de los sistemas de escrutinio, los primeros resultados fiables no se esperaban hasta bien avanzada la pasada madrugada. Los comicios servirán también para medir los niveles de salud del partido Forza Italia del ex primer ministro derechista Silvio Berlusconi.

Las elecciones se disputan en las regiones del Véneto, Liguria, Toscana, Umbría, Las Marcas, Campania y Apulia. Entre las ciudades, figuran Venecia y otras 17 capitales de provincia. A pesar de que Renzi, exalcalde de Florencia, la capital de Toscana, ha decidido mantener un perfil bajo en campaña, las elecciones son en parte un examen a las reformas efectuadas por el Gobierno en los últimos meses, casi todas con el sello de Renzi.

El PD de Renzi confía en conservar gobiernos de centroizquierda en Liguria, Toscana, Las Marcas, Umbría y Apulia y quiere arrebatar el Véneto y Campania al centroderecha. En esta última región, cuya capital es Nápoles, el centroizquierda se presenta con Vincenzo de Luca, condenado por la comisión parlamentaria antimafia, pero defendido a muerte por Renzi que achaca la condena a un ajuste de cuentas.

Para Berlusconi, quien sí se ha implicado a fondo en la campaña, conseguir tres regiones sería un éxito. Forza Italia tocó su mínimo histórico en las europeas y atraviesa una importante crisis con la salida de algunos de sus miembros más renombrados. "De las urnas me espero sorpresas y confió en la inteligencia de los italianos", dijo.

Los comicios habrán servido también para saber si el Movimiento 5 Estrellas de Grillo conserva el apoyo de las últimas elecciones, cuando rondó el 20%.