Un "troll", un agitador profesional de las redes sociales, ha acudido a los tribunales rusos para desenmascarar a la todopoderosa máquina de propaganda del presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Atraída por una oferta laboral, Liudmila Savchuk acudió en diciembre de 2014 a una entrevista de trabajo en San Petersburgo y fue contratada para escribir profusamente comentarios incendiarios a favor del Kremlin y en contra de Occidente y Ucrania. Cuatro meses después, esta madre soltera de dos hijos fue despedida de manera fulminante y ahora ha recurrido a la justicia para exigir el abono del sueldo impagado y una compensación en concepto de daños y perjuicios.

No obstante, su objetivo es sacar a la luz pública el sistema de agitación y propaganda creado por el Kremlin hace ya varios años, pero que funciona a toda máquina desde el estallido de la crisis ucraniana. "La fábrica de 'trolls' funciona según unos esquemas muy extraños, pero todas las compañías están vinculadas, aunque se trate de personas jurídicas diferentes", dijo Savchuk al diario "Kommersant".

Poco se sabe de esas factorías de propaganda, cuyo funcionamiento está marcado por el más absoluto de los secretos, aunque los medios de comunicación han publicado en las últimas semanas la foto de una de ellas en San Petersburgo. Se trata de un edificio gris de cuatro plantas gestionado por la compañía "Internet-Investigación", que cuenta en plantilla con centenares de "trolls" que trabajan día y noche en agotadoras jornadas de 12 horas.

"El juicio es simplemente una excusa para sacar a la superficie esa organización tan secreta. Durante el proceso se exigirán documentos, como el estatuto de la organización", comentó Daria Sujij, abogada de la organización "Komanda-29" que representa a la demandante.

De hecho, Savchuk fue despedida por infringir una de las cláusulas del contrato laboral al hablar sobre su trabajo con un medio de comunicación, aunque ella dice que no vio nunca ese documento y que recibía el salario en negro.

El juicio contra "Internet-Investigación", que está registrada como una compañía constructora y está supuestamente financiada por oligarcas cercanos a Putin, según la prensa local, comenzará el 1 de junio. Según los testimonios de antiguos colaboradores, los agitadores deben escribir un mínimo de 135 comentarios diarios en redes sociales, blogs, sitios gubernamentales y páginas web de medios locales e internacionales. "Todos los trabajadores deben escribir un número determinado de comentarios en diferentes sitios", relató Savchuk, ya que de lo contrario no reciben el sueldo prometido, unos 40.000-50.000 rublos (800-1.000 dólares). El objetivo es recabar apoyos a la posición rusa y, de paso, desacreditar a las potencias occidentales, instrumento muy útil en la guerra informativa desatada entre los antaño antagonistas ideológicos.

La prioridad es Ucrania, por lo que los "trolls" del Kremlin se afanan en colgar comentarios contra la injerencia occidental, el Gobierno de Kiev tachado de "fascista", el asesinato de civiles a manos del Ejército y el "heroísmo" de las milicias rebeldes. Se aceptan toda clase de comentarios, algunos de ellos soeces y racistas sobre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, o la canciller alemana, Angela Merkel, con los que intentan inundar las webs de la BBC, la CNN y el diario "The New York Times".

En Alemania intentan crear una corriente de opinión crítica con la decisión de Merkel de apoyar sin tapujos a Kiev, mientras en Serbia persuaden a la opinión pública de que el ingreso en la Unión Europea es una mala decisión. Cuando fue tiroteado frente al Kremlin el líder opositor Boris Nemtsov, el objetivo de los "trolls" fue culpar a sus correligionarios y a los servicios secretos de EEUU y exculpar a Putin.

Sea en Facebook, que recibe una atención especial de la máquina de propaganda del Kremlin, o en un diario local, su misión es crear la sensación de actividad y suplantar la personalidad de estudiantes, amas de casa y trabajadores.

En un intento de darle un baño de autenticidad, uno de los "trolls" suele hacer el papel de villano, con esporádicas críticas al Kremlin, que son debidamente respondidas por los otros miembros de la célula de agitación. Como si se tratara del Ministerio de la Verdad de la novela de George Orwell "1984", las reglas son muy estrictas, hay cuotas de producción, los agitadores no conocen el nombre de sus superiores -"jefes de equipo"- y llegar tarde supone una multa de 500 rublos (10 dólares).

Para hacer frente a la propaganda oficial, Savchuk ha creado una organización cívica, "Paz Informativa", en defensa de la libertad de información y en contra del pago de comentarios en internet, uno de los elementos principales de la conocida como "guerra híbrida".

"Entre nosotros hay opositores y partidarios de las autoridades, pero todos consideramos que tales métodos de guerra informativa son inadmisibles", recalcó.