Un soldado tunecino fue abatido ayer tras abrir fuego contra un coronel y seis de sus compañeros, a los que mató, en un cuartel situada en el barrio tunecino de Boucgucha, en el que se encuentran el principal centro de detención de la capital de Túnez y diversas escuelas de formación. El tiroteo ocurrió a primera hora de la mañana durante la ceremonia de izado de la bandera y en el mismo resultaron heridos además diez uniformados, uno de ellos de extrema gravedad.

Fuentes oficiales revelaron que el agresor, que primero usó un arma blanca para arrebatarle el fusil a uno de sus colegas, sufría problemas psicológicos y familiares desde hacía tiempo y actuó solo, aunque precisó que el suceso está bajo investigación.

Los disparos pusieron enseguida en alerta a la Policía, que cerró el acceso al área ante la posibilidad de que se tratara de un ataque yihadista, algo que no ha sido descartado, en un barrio que se encuentra a un centenar de metros del museo del Bardo, atacado por terroristas hace dos meses, y de la sede del Parlamento.

Aquel atentado, asumido por el grupo yihadista tunecino "Oqba bin Nafaa" -vinculado con la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)- segó la vida de 24 personas, en su mayoría turistas extranjeros, entre ellos dos españoles.

Mientras, en Irak, las milicias chiíes chiíes "Multitud Popular" han comenzado a bombardear posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la provincia de Al Anbar, como preludio una ofensiva para liberar Ramadi, la capital provincial, que cayó en manos de los terroristas hace una semana.

Las brigadas paramilitares chiíes, que cuentan con respaldo iraní, informaron de que "los bombardeos son el preludio de amplias operaciones en Al Anbar y la vecina provincia de Saladino que están en manos del Estado Islámico".

El portavoz de la "Multitud Popular", Karim al Nuri, anunció que más de 50.000 voluntarios están preparados para liberar Al Anbar y Ramadi del control de los yihadistas. El Estado Islámico hizo saber, por su parte, que ha infiltrado más combatientes en Ramadi para hacer frente a estas contraofensivas.

En la vecina Siria, al menos cuatro personas murieron y un número indeterminado resultó herido en la histórica ciudad de Palmira y en áreas próximas, todo ello en poder del EI, de resultas de bombardeos de la aviación siria, que lanzó un total de quince ataques aéreos.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisó que los aviones del Ejército tuvieron como blanco las inmediaciones del hospital nacional de Palmira y un antiguo cuartel de la seguridad castrense, así como zonas cercanas a un centro cultural y la parte antigua de la población.

El Observatorio informó igualmente de que los yihadistas del EI han tomado el control de nuevas zonas en el desierto central sirio, donde se ubica la provincia de Homs, fronteriza con Irak, en la que se encuentra Palmira. Tras la conquista de la ciudad por los extremistas, la pasada semana, la Unesco ha lanzado una alarma sobre la suerte de las joyas arqueológicas que alberga.