La guerra entre el fundador del Frente Nacional francés (FN, ultraderecha), Jean-Marie Le Pen, y la actual presidenta de la formación, su hija Marine, alcanzó ayer cimas hasta ahora desconocidas cuando el fundador arremetió con toda dureza contra la presidenta, a la que acusó de "traición" y "felonía".

La ofensiva de Jean-Marie Le Pen, de 86 años de edad, se produjo apenas unas horas después de que la Ejecutiva del FN decidiera, el lunes por la tarde, suspenderle de militancia y apartarle del cargo de presidente de honor del partido, como represalia por una de las habituales declaraciones antisemitas y pronazis que prodiga desde hace décadas.

"Me avergüenza que la presidenta del Frente Nacional lleve mi apellido y me gustaría que lo pierda cuanto antes. Puede hacerlo casándose con su concubino o con (Florian) Philippot", despotricó Le Pen, en referencia a uno de los dirigentes de la formación con el que más se ha enfrentado.

"Trata a su padre y al presidente del FN de una forma totalmente escandalosa", añadió Le Pen, quien se mostró contrario a que su hija gane las presidenciales de 2017, porque señaló que "si sus principios morales debieran presidir el Estado francés, sería escandaloso".

La elección por Le Pen de la expresión Estado francés -nombre del régimen títere que, con capital en Vichy, colaboró con los nazis durante la II Guerra Mundial- resulta significativa en un país donde lo habitual es hablar de Francia o la República.

Le Pen precisó que no tiene "en absoluto" intención de retirarse de la política y que luchará "por todos los medios" para "restablecer la justicia y la dignidad en un partido para el que esos principios", sostuvo, "eran la regla hasta ahora".

El fundador del FN denunció que su hija "está rodeada de un cierto número de personas que son social-gaullistas; personas de orígenes diversos que no tienen el espíritu que ha presidido la vida del Frente Nacional durante cuatenta años", y citó en particular al referido Philippot.

Tras la suspensión temporal de Le Pen decidida el lunes por el buró político, el FN convocará una asamblea extraordinaria en un plazo máximo de tres meses para fijar su suerte definitiva.

La guerra en la familia Le Pen se extendió ayer hasta la tercera generación, al intervenir la nieta del patriarca, la joven diputada Marion Maréchal-Le Pen, de 25 años, quien adelantó que no quiere sentirse "rehén" de su abuelo y que, por lo tanto, abre un periodo de reflexión para decidir si se mantiene como cabeza de la lista del FN en Provenza-Alpes-Costa Azul, la región de Marsella, en las elecciones regionales previstas para diciembre.

Fue el patriarca Le Pen quien impuso el nombre de su nieta para encabezar la lista cuando, en los primeros compases de la actual guerra, la dirección del partido lo apartó de la misma en represalia por unas declaraciones que son un hachazo a la imagen de moderación que pretende dar el FN de Marine Le Pen.