El presidente de EE UU, Barack Obama, lanzó un mensaje a las familias centroamericanas, a las que pide que "no envíen a sus hijos a la frontera", después de reconocer que la llegada de miles de menores no acompañados al país ha provocado una "crisis humanitaria". Obama les advierte de que pueden ser asesinados o convertidos en víctimas del tráfico sexual.