El Ejército ucraniano abre en Mariupol un nuevo frente contra los prorrusos

Estados Unidos arremete contra la consulta del domingo en Donetsk y Lugansk - La OSCE pide un alto el fuego para que se puedan celebrar las elecciones del día 25

Entierro de una víctima de los choques del viernes en Odesa. // Reuters

Entierro de una víctima de los choques del viernes en Odesa. // Reuters

AGENCIAS

DONEST

El Gobierno de Ucrania decidió ayer seguir adelante con su ofensiva militar contra las milicias prorrusas del sureste del país, lanzando un ataque contra la ciudad costera de Mariupol, situada en la región de Donetsk que, junto a la de Lugansk, constituyen los principales feudos de los insurrectos. La operación contra Mariupol llega después de las lanzadas, en la misma región, contra Kramatorsk y Slaviansk. En esta última ciudad, más de una treintena de milicianos prorrusos y cuatro soldados ucranianos perdieron la vida en combates el lunes, según cifras hechas públicas ayer por las autoridades de Kiev.

Las informaciones eran anoche muy imprecisas sobre el ataque a Mariupol, donde los rebeldes controlan el ayuntamiento, aunque se aseguró que ya había víctimas, sin concretar cifras ni bandos. "Nos acaban de llegar informaciones sobre un ataque masivo contra nuestros puestos de control situados en el oeste de la ciudad. Por lo visto ha comenzado el asalto", dijo un portavoz de los insurgentes. "Los milicianos han entrado en combate y ha comenzado el tiroteo", agregó.

En Slaviansk, mientras tanto, continuaron los choques, en los que los soldados ucranianos habrían matado al menos a ocho personas y herido a una veintena, La operación contra los insurrectos provocó que la ciudad de Donetsk, otro de los bastiones prorrusos, cerrase su espacio aéreo durante buena parte de una jornada en la que el aeropuerto local canceló tantos los vuelos nacionales como los internacionales.

En Kiev, el presidente interino, Oleksander Turchinov, nombró a un nuevo jefe del Ejército, el general Anatoli Pushniakov, un veterano de la guerra que libró la URSS en Afganistán. El cargo estaba vacante desde que el pasado enero el depuesto presidente Yanukovich destituyera a su antecesor.

Sobre el fondo de los ecos de la ofensiva, los insurrectos de Donetsk y Lugansk continúan la preparación del referéndum del próximo domingo, en el que se propondrá un aumento de las competencias de las regiones equivalente a una confederalización del país. Fuentes rebeldes aseguraron que, "pese a las acciones militares", se celebrará la consulta.

EE UU arremetió sin ambages contra lo que considera un "referéndum de independencia" y aseguró que "ninguna nación civilizada reconocerá los resultados". Para Washington, el referéndum del próximo domingo "repite la hoja de ruta de Crimea", en alusión a la consulta exprés que refrendó sobre la marcha la anexión de esa península a Rusia.

En Kiev, el Parlamento rechazó una propuesta para celebrar conjuntamente con las elecciones del 25 de mayo un referéndum sobre la integridad territorial y la descentralización del país, como exigen los prorrusos. Tampoco consiguió apoyo la iniciativa del primer ministro, Arseni Yatseniuk, de hacer una consulta no vinculante ese día sobre los mismos asuntos. La OSCE pidió, por su parte, un alto el fuego para que se puedan celebrar los comicios del 25M.

En el plano diplomático, fracasó en Viena una nueva cita diplomática cuyo escenario fue el comité ministerial del Consejo de Europa. En presencia de representantes de 30 países, Rusia y Ucrania se limitaron a renovar las acusaciones mutuas, mientras Alemania pidió una nueva ronda de diálogo en Ginebra para rebajar la tensión.

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