La amenaza de que la crisis de Ucrania y Crimea se convierta en una crisis energética para los países europeos dependientes de las importaciones de gas ruso que circulan por Ucrania ha hecho saltar las alarmas en los centro neurálgicos de la Unión Europea. Las respuestas más apremiantes llegaron ayer de Alemania, en consonancia con la elevada dependencia germana del gas ruso.

La canciller Merkel, de visita en Grecia, pidió desde Atenas una respuesta unitaria de la UE al problema, desencadenado por la deuda que tiene Ucrania -unos 1.600 millones de euros- con la empresa gasística rusa Gazprom. "Tenemos que contestar unidos a la carta", instó Merkel. Aludía así a la misiva del jueves en la que el presidente ruso, Vladimir Putin, explicó a los responsables de 17 países de la UE, y a las autoridades de Turquía, que la deuda ucraniana puede obligar a Moscú a interrumpir el suministro, con las repercusiones para quienes enlazan sus gasoductos con la red ucraniana.

"Hay una realidad y es que las economías de seis países (de la UE) son dependientes del gas ruso y otras doce dependen al 50%", explicó el primer ministro heleno, Andonis Samarás, quien participó en una rueda de prensa con Merkel, desplazada a Atenas para analizar los progresos griegos con sus cuentas públicas.

Una respuesta más técnica llegó del comisario de Energía de la UE, Günther Oettinger, quien anunció que están trabajando en un plan para que Ucrania pueda saldar sus deudas gasísticas y aseguró que "no hay ningún motivo para el pánico" acerca de un eventual corte energético. "Estoy preparando una solución que será parte del paquete de ayuda a Ucrania del FMI, la UE y el Banco Mundial, y que hará posible el pago de facturas pendientes", aseguró el político alemán.

Putin introdujo el jueves la guerra gasística en la crisis general que le enfrenta a Occidente y lo hizo coincidiendo con las sublevaciones prorrusas que se viven en las regiones ucranianas orientales de Donetsk y Lugansk. Ayer, el presidente ruso alimentó el fuego con una doble declaración. Por un lado, calificó de "absolutamente intolerable" que Ucrania no haya pagado sus deudas. Por el otro, garantizó que no habrá interrupción del suministro, aunque anunció que se exigirá el pago por adelantado.

Putin sostuvo que Gazprom ha hecho descuentos por importe de 25.000 millones de euros a Ucrania en los últimos cuatro años. Además, lanzó un dardo a EE UU, que el jueves tachó de "instrumento de coacción" la carta presidencial rusa. El líder del Kremlin afeó el comportamiento de Washington, asegurando que "no está bien leer las cartas de otros".