La secretaria de Salud de EE UU, Kathleen Sebelius, presentó ayer su dimisión, poniendo fin a un mandato de cinco años marcados por la tormentosa implantación de la reforma sanitaria, conocida como "Obamacare", en la que finalmente se han inscrito más de 7,1 millones de personas. Sebelius comunicó en marzo al presidente Obama que quería abandonar el cargo, tras un periodo duro en el que defendió la reforma de muchos ataques políticos y judiciales, y sufrió un estreno plagado de fallos técnicos. Obama encomendó ayer el puesto a su responsable de presupuesto, Sylvia Burwell, a la que adjudicó el reto de consolidar la reforma sanitaria.