"No puede ser que la mitad de los jóvenes de España o Grecia no tengan un empleo". Lo dijo ayer la canciller alemana, Angela Merkel, defensora de la austeridad a todo trance, en un acto político celebrado en Berlín para respaldar al candidato del Partido Popular Europeo (PPE), Jean-Claude Juncker, en las elecciones europeas de mayo.

Juncker, el nombre que Merkel quería para encabezar la lista del PPE -y que el PP apoyó a cambio de obtener un mayor peso español en el próximo Ejecutivo comunitario- hizo valer su condición de aspirante avalado por la canciller germana descartando los eurobonos con mucha más fuerza de lo que lo hizo mientras estuvo al frente del Eurogrupo.

"No habrá eurobonos en los próximos cinco años, porque no puede haberlos mientras no se hayan armonizado las políticas económicas y financieras de los países de la zona euro", dijo el ex primer ministro luxemburgués ¡ ante el congreso de la CDU.

La canciller, metida de lleno en la precampaña de los comicios del próximo 25 de mayo, advirtió a los suyos de que ese día se define "el futuro de Europa" y de que no "da igual quién dirija la política europea". Dicho lo cual, pidió un voto "fuerte" para los conservadores europeos y alemanes.

Como la unión bancaria ya ha echado a andar y la crisis de la deuda soberana ha remitido, Juncker y Merkel han decidido aparcar sus diferencias y ayer exhibieron en Berlín un programa centrado en la estabilidad, la continuidad de las reformas y en el llamamiento de la canciller a que Europa consensúe "más estrechamente" sus políticas.

Juncker, por su parte, aseguró que la Comisión Europea que él aspira a presidir -su rival es el actual presidente de la Eurocámara, el socialdemócrata Martin Schulz- debe estar formada por "políticos de pura sangre", no "funcionarios".