En contra de lo afirmado en los últimos días, el equipo de inspectores de la ONU que hoy abandona Siria no hará público ningún informe preliminar. Así lo aclaró ayer por la tarde el portavoz de Naciones Unidas, Martin Nesirky, quien precisó que los expertos que han recogido datos esta semana sobre el terreno esperarán a los análisis científicos para presentar un informe.

Las palabras de Nesirky fueron nítidas: "Quiero aclarar algunos mitos que están circulando. Los expertos no presentarán un informe preliminar. Habrá informe una vez concluyan los análisis de las evidencias recogidas".

Durante su estancia en Siria, los expertos de la ONU han visitado a lo largo de tres días las localidades de la periferia de Damasco donde la oposición denunció el pasado día 21 la muerte de hasta 1.500 personas en un ataque químico del régimen.

La presentación de un informe preliminar, que, según se estimaba, sería comunicado luego por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al Consejo de Seguridad, jugaba un papel importante en los cálculos sobre el momento en el que podría desencadenarse el ataque estadounidense a Siria.

Despejada esta incógnita, todo apunta a que la operación puede iniciarse en cualquier momento a partir de esta misma mañana.

De hecho, la ONU, que en todo caso no determinará la autoría del supuesto ataque químico, no parece tener prisa en presentar sus conclusiones.

Según se informó ayer, buena parte de los inspectores de la ONU ya ha abandonado Siria por la frontera con Líbano. Anoche quedaba aún sobre el terreno un equipo técnico para acabar las inspecciones. Su salida debería producirse hoy mismo, aunque se desconoce la hora.

Rusia, el gran valedor de Siria en la escena internacional, informó de que sigue trabajando contrarreloj para evitar el uso de la fuerza, porque no cree que la dictadura de Bachar al Asad éste detrás del supuesto ataque químico del pasado día 21.

Entre tanto, el Gobierno de Damasco se mantiene en sus posiciones. Su ministro de Defensa, Fahf Jasem Al Freij, acusó a los rebeldes de emplear "deliberadamente" armas químicas para conseguir el apoyo de las superpotencias y proclamó que su país está preparado para repeler cualquier agresión. Para el ministro, mediante las agresiones con armas químicas los rebeldes "enmascaran su derrota, confunden a la opinión pública y justifican sus constantes crímenes".

Irán, el otro gran aliado de Siria, siguió llamando a la negociación y alertando de los grandes peligros de lanzar un ataque, aunque tenga pretensiones de ser limitado, en una zona tan inestable como Oriente Medio. "El ataque provocaría un gran daño a la comunidad humana y sus efectos no se limitarían a la comunidad musulmana. EE UU, Reino Unido y el resto de sus aliados sufrirán mucho si despliegan sus fuerzas en Siria y la región", advirtió el jefe del Ejército de Irán, Hasan Firuzabadi, quien añadió que un ataque "arrastraría al fuego a los sionistas", en referencia a Israel.

Siria es ya un territorio del que todo el que puede se escapa. Lo hacen decenas de miles de sirios, pero también los extranjeros. China informó ayer de que todas las firmas petroleras de ese país han dejado Siria por los "disturbios locales".