La oposición siria ha pedido este jueves a los inspectores de la ONU que investiguen inmediatamente y "con total libertad" las muertes de cientos de personas a causa del ataque ejecutado presuntamente con armas químicas en zonas cercanas a Damasco, al tiempo que ha expresado tener dudas de la eficacia de la ONU en esta situación a causa del control que ejerce el régimen sirio.

"Pedimos a este equipo de expertos que visite directamente y con total libertad el lugar en el que ocurrieron ayer los crímenes", ha declarado el dirigente opositor sirio George Sabra por teléfono a la agencia de noticias Reuters.

Asimismo, ha destacado que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene que permitirle al equipo de investigadores que visiten cualquier lugar dentro de Siria. "Tenemos dudas al respecto porque la misión de los investigadores está limitada por el régimen sirio", el cual decide qué zonas se pueden visitar, ha afirmado.

El presunto ataque con armas químicas de este miércoles en la región de Ghouta, al este de Damasco, ha causado la muerte de entre 500 y 1.300 personas, y en caso de confirmarse sería, en palabras del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, el ataque con armas químicas más letal desde la década de los ochenta. No obstante, las autoridades sirias han negado que el Ejército utilizase armas químicas.

La Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Sirias (CNFORS) ha asegurado que el número de muertos por los bombardeos asciende a 650. Los médicos que trataron a algunas de las víctimas han asegurado que muchos de los síntomas se debían a la utilización de gas sarín durante los bombardeos.

De acuerdo con activistas de la oposición, muchos hombres, mujeres y niños perdieron la vida mientras dormían. Además, han añadido que varias zonas bajo el control de las fuerzas rebeldes sufrieron ataques con gas sarín.

Quien espera, desespera

Insurgentes y activistas han asegurado que habían perdido el interés en las investigaciones de la ONU así como la entrega de ayuda por parte de la comunidad internacional.

"Las familias de Ghouta han perdido la esperanza en los equipos de investigación, ya que no nos han proporcionado ningún tipo de alivio desde que la revolución comenzó hace dos años", ha lamentado el activista Bara Abdelraman.

"Estamos a siete kilómetros de distancia, a unos cinco minutos en coche de donde (los investigadores) se alojan" y "mientras somos exterminados con gas sarín ellos beben su café y descansan en los hoteles", ha subrayado por Skype.

"Por supuesto que seguimos pidiendo la entrada de investigadores y prometemos protegerlos ya que hacer todo lo posible por nuestro pueblo que está siendo masacrado es una responsabilidad ante Dios", ha proseguido.

Aparte, el comandante y portavoz del Consejo Militar Supremo de Siria, Qassem Saadedine, ha declarado que se solidarizan con las personas que han empezado a desesperarse al ver cómo las negociaciones políticas y las reuniones con la ONU no surten efecto.