Dos grupos rebeldes aseguraron ayer haber atacado el convoy en el que se trasladaba el presidente sirio, Bachar al Asad, en Damasco, mientras que el régimen lo negó categóricamente y mostró imágenes del mandatario en la televisión oficial.

La brigada del Islam y la de Tahrir al Sham (Liberación del Levante) anunciaron en internet que habían disparado proyectiles de mortero contra el convoy de Al Asad.

Desde Washington, el subdirector de la CIA, Michael Morell, afirmó que la eventual caída del Gobierno de Asad es la mayor amenaza de seguridad en la actualidad para EE UU debido a la posibilidad de que el armamento químico caiga en manos de Al Qaeda.