El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi ha arremetido nuevamente contra los jueces del país, en una semana que ha estado marcada por la protesta que parlamentarios de su partido llevaron a cabo el lunes en el interior del Tribunal de Milán que juzga al magnate por el "caso Ruby". La protesta valió a Berlusconi y los suyos una seria llamada al orden del presidente de la República, Giorgio Napolitano.

Berlusconi tiene abiertas varias causas judiciales, incluido el "caso Ruby" por presunta prostitución de menores, y el lunes la Fiscalía de Nápoles pidió que se le juzgue por corrupción por la compra de un senador.

En declaraciones a la revista "Panorama" que se publicarán hoy, Berlusconi denunció: "No han conseguido eliminarme mediante la democracia, las elecciones, y ahora vuelven a intentarlo a través del uso de la justicia con fines políticos". El magnate añadió: "Saben que soy el verdadero obstáculo en el camino de la izquierda" para llegar al poder.

El ex primer ministro aseguró en la entrevista que está librando una "batalla para conseguir las mismas garantías que los exponentes políticos de la izquieda". "Se trata de una batalla que no se puede perder si no queremos que Italia siga siendo un país en el que nadie que se dedique al servicio de la política pueda vivir tranquilo", añadió, al tiempo que se mostró convencido de que "tras 20 años de lucha" él y los suyos vencerán "en nombre de la democracia, en nombre del estado de derecho, en nombre de la libertad".

Según "Il Cavaliere", los comportamientos repetidos de una parte de la magistratura italiana, "movidos por un prejuicio político, no son tolerables". "La magistratura se ha convertido (...) en un poder absoluto, omnipotente e irresponsable".

En esas circunstancias, portavoces del Partido Democrático, el principal del centroizquierda, se mostraron ayer dispuestos a respaldar que se levante la inmunidad parlamentaria de Berlusconi para que pueda ser detenido sobre la base de "actos fundados".