Crisis de Gobierno en Italia

Más de 40 detenidos por las protestas contra Berlusconi

Según fuentes policiales, 57 agentes y 50 manifestantes resultaron heridos después de una batalla campal

EFE

Un total de 41 personas fueron detenidas este martes en los duros enfrentamientos que mantuvieron en Roma policías y manifestantes contra el Gobierno de Silvio Berlusconi, en los que resultaron heridos 57 agentes y más de 50 manifestantes, informaron fuentes policiales.

Los detenidos están acusados de resistencia, devastación y uso indebido de armas.

Los duros enfrentamientos se produjeron ante el Senado, las plazas Venecia y del Popolo y en las céntricas vía del Corso y del Babuino, donde los violentos "Bloques Negros" (Black Block), que se mezclaron con estudiantes que protestaban contra la reforma universitaria, levantaron barricadas y desataron una batalla campal.

Según la empresa municipal de Medio Ambiente de Roma, los daños causados al mobiliario urbano superan el medio millón de euros.

Desde primeras horas de la mañana estudiantes que protestaban contra la reforma universitaria aprobada por el Gobierno, parados, damnificados del terremoto de 2009 e L'Aquila y napolitanos que protestan por las basuras en la región sureña recorrieron el centro de la ciudad, con el objetivo de hacerlo ante el Parlamento y la sede del Ejecutivo.

A los manifestantes se unieron, según fuentes policiales y la prensa, grupos violentos del Black Block, de tendencia anarquista, que ya han protagonizado numerosos incidentes en otras manifestaciones.

Los altercados se registraron mientras el Senado y la Cámara de Diputados votaban, respectivamente, la confianza y las dos mociones de censura contra Berlusconi, que salió airoso de las mismas.

Además de Roma, también se registraron manifestaciones contra el Gobierno de Berlusconi en Milán, Turín, Palermo, Catania, Cagliari y Bari.

Varios centenares de jóvenes invadieron las pistas del aeropuerto de Palermo y paralizaron durante varias horas el puerto de la ciudad siciliana y en Milán irrumpieron en la Bolsa de valores, lanzando octavillas contra los inversores a los que acusaron de "ladrones y mafiosos".

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