El Partido de los Trabajadores (PT), nacido como fuerza obrera y marxista y que llegó al Gobierno en 2003 con Luiz Inácio Lula da Silva, seguirá otros cuatro años en el poder con Dilma Rousseff, pero asociado formalmente a la centroderecha.

Rousseff se impuso en las elecciones de hoy con un 55,3% de los votos frente al opositor José Serra, candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que obtuvo un 44,6%.

La primera mujer elegida para gobernar Brasil tuvo el respaldo de una amplia y variopinta coalición de diez partidos que encabeza el PT, pero que tiene como principal fuerza al Partido del Movimiento Democratico Brasileño (PMDB), de centro derecha, al que pertenece su compañero de fórmula y ahora vicepresidente electo, Michel Temer.

En el PMDB conviven diversas tendencias ideológicas, pero sus más representativos dirigentes son históricos y férreos adversarios del ideario socialista que guió a los militantes e intelectuales que, convocados por Lula, fundaron el PT en 1980.

En sus primeros estatutos, fiel a los principios marxistas, el PT se definía como un "partido sin patrones" y como "adversario" de "banqueros", "latifundistas" y "multinacionales".

En 1989, cuando Lula aspiró por primera vez a la presidencia, los estatutos fueron suavizados y un año después fue expulsada la facción trostkista Causa Obrera, que fundó su propio partido. Entonces, toda referencia a la "dictadura del proletariado" fue eliminada de los documentos del PT y sustituida por la "búsqueda de una revolución democrática", y las purgas continuaron con la expulsión del grupo marxista Convergencia Socialista, en 1992.

Ante la desbandada en su formación, Lula se apoyó en el PMDB, al que ofreció varios ministerios y usó como apoyo en el Congreso para concluir su primer mandato. En la campaña de Lula para su reelección en 2006, el PMDB optó por la neutralidad, aunque cuando se instaló el Gobierno se plegó al oficialismo.

A pesar de ser el mayor partido de Brasil desde su fundación, en 1980, el PMDB sólo presentó un candidato presidencial en 1989 y en las elecciones de 1994, 1998, 2002 y 2006 se declaró "neutro", aunque siempre se unió al Gobierno tras de los comicios.

Este año, por primera vez, decidió incorporarse a una fórmula y aportó a Temer como candidato a vicepresidente de Rousseff, con lo que adquiere otra dimensión e influencia en el seno del poder.

Pero la duda de los analistas ahora, de cara al futuro inmediato, es si Rousseff, que se afilió al PT en 1999 y jamás hizo vida dentro del partido, tendrá la habilidad de Lula para mantener unida a una base política con tan marcadas diferencias ideológicas.