La ONU denunció este lunes que el consumo y la demanda de drogas en los países ricos del norte crea una situación de dependencia neocolonial en las naciones en desarrollo del sur, lastradas por la violencia y el crimen que generan los narcóticos.

"¿Por qué condenamos al Tercer Mundo, asolado ya por tantas tragedias, al neocolonialismo de la dependencia de las drogas?", afirmó en Viena Antonio María Costa, jefe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

Costa hizo estas declaraciones en su discurso inaugural de la reunión anual de la Comisión de Estupefaciente de la ONU, que se celebra en la capital austríaca hasta el próximo viernes para debatir la política sobre drogas.

El responsable de la ONUDD alertó de que en los países en desarrollo, antes sólo zonas de tránsito de drogas, está aumentando el consumo con nefastas consecuencias, lo que puede derivar en "un desastre sanitario".

Pese a que las tasas de consumo son aún bajas en comparación con los países ricos, se ha registrado un "incremento (del consumo) de la heroína en África oriental, de la cocaína en África Occidental y de drogas sintéticas en Oriente Medio y el Sureste de Asia", afirmó el experto.

De esta forma, al daño que causa en la sociedad la violencia se suma ahora el aumento de consumidores de drogas, sin que estos países cuenten con los medios para atenderles.

"El mundo en desarrollo carece de las instituciones de tratamiento y de la capacidad para aplicar las leyes para controlar la droga", aseguró Costa, que incidió en que la lucha contra la droga es "una responsabilidad compartida" por todos los Estados.

"Mientras que los adictos ricos -cantantes, modelos y banqueros- van a clínicas caras entre una tormenta de flashes, a los drogadictos pobres los meten tras las rejas", agregó.

Por ello, criticó que en algunos países del norte se esté abriendo un debate sobre una política más liberal hacia las drogas, lo que tendría una repercusión muy negativa, a su juicio, en los países del sur.

Costa también criticó que algunas naciones en desarrollo cuenten con una legislación en la que "los tratamientos contra la droga llegan a ser castigos crueles y degradantes, equivalentes a la tortura", y criticó que en algunas legislaciones incluso aún existe la pena de muerte para delitos relacionados con las drogas.