John Bedell, el hombre que el jueves pasado atacó a guardias del Pentágono y murió tiroteado tenía problemas mentales que habían preocupado a sus familiares, informaron este sábado los medios de prensa.

"Quizá jamás sabremos por qué tomó esta decisión terrible", señaló la familia Bedell en una declaración. "Pero una cosa es clara: sus acciones fueron causadas por una enfermedad y no por un defecto de carácter".

El jueves pasado, Bedell, de 36 años de edad, estacionó su automóvil en el centro comercial de Pentagon City, caminó hasta la estación del tren subterráneo próxima a la sede del Departamento de Defensa y empezó a disparar contra algunos guardias.

Tres agentes le dispararon y lo hirieron. Dos vigilantes resultaron heridos, y Bedell murió poco después en el Hospital George Washington.

Los investigadores han averiguado que en las ocho semanas antes del ataque, Bedell viajó de un lado a otro en el país en su automóvil, y los registros policiales y entrevistas con quienes le conocían describen un individuo que en los últimos años mostraba crecientes trastornos mentales.

El incidente, además, tuvo rasgos comunes con otros ocurridos recientemente: algunos mensajes en internet atribuidos a Bedell indican que tenía alguna queja contra el gobierno de Estados Unidos.

El año pasado un individuo disparó contra guardias del Museo del Holocausto, en Washington, y el mes pasado un hombre pilotó una avioneta hasta estrellarla en un edificio de oficinas de la Dirección Federal de Impuestos en Texas.

"Aunque las circunstancias difieren, todos fueron actos de furia de hombres que culpan por sus reveses personales a lo que perciben como fuerzas siniestras dentro del gobierno", señaló el diario "The Washington Post".