Hace un llamamiento para que devuelvan a su hija Bárbara a casa. Luisa Lago es la madre de la estudiante coruñesa a la que el terremoto de Chile sorprendió recién llegada al país de Salvador Allende y que, ahora, teme por su vida, ya que los pillajes se han recrudecido y que no sabe hasta cuándo podrán estirar los víveres que les quedan en la pensión en la que la han acogido.

-¿Cómo decidió Bárbara irse a estudiar a Talca?

-Por las convalidaciones que le hacen con las asignaturas. No es la primera vez que se va; el año pasado estuvo de Erasmus en Italia, también estuvo en Estados Unidos, en Malta, en Grecia... Ya me lo dio hecho.

-¿Estaba ilusionada?

-Muchísimo, le apetecía mucho conocer el país.

-¿Nunca le había pasado nada parecido?

-El año pasado estaba en Roma cuando fue el terremoto, pero dice que no tiene nada que ver, que ni las réplicas son como las de entonces, pero no tuvo que ser repatriada porque el seísmo no tuvo tanta intensidad.

-Pide la ayuda de la embajada para traerla a casa.

-Sí, pero como ayer [por el lunes] nos dijo que la cosa estaba tan mal, los padres de una chica catalana que está con ella y nosotros hemos alquilado un coche para que las vaya a buscar y las saque ya de Talca. Ahora [a las ocho de la tarde de ayer] deben estar ya camino a Santiago de Chile. Después de esto nos llamó también la Universidad de A Coruña y la Casa de Galicia en Santiago para prestarnos su ayuda.

-¿Qué le contó Bárbara?

-Que los pillajes ya se hacían a plena luz del día y que había saqueos incluso en las casas habitadas, que estaban asustadas.

-¿Y ahora?

-No sabemos todavía cómo haremos con los vuelos, pero ya las hemos sacado de Talca, que era lo más importante.

-¿Volverá Bárbara a Chile?

-Por mi gusto no, pero ya es mayor y tiene que tomar sus decisiones; supongo que tendrá que esperar a que el país se recupere un poco.