Se enteró por los medios de comunicación de la catástrofe ocurrida en Santiago de Chile –que ya se ha cobrado más de 700 vidas– y lo sucedido se ha convertido en una pesadilla para ella.En un hospital de la zona donde se produjo el seísmo trabaja su hija de 23 años como médica y desde entonces no tiene noticias suyas. Preocupada y angustiada, la colombiana Marisa Jácome, afincada en Vigo desde hace seis años, intenta constantemente comunicarse con su hija por teléfono, pero no siquiera hay línea."Estoy desesperada, no puedo hablar con mi hija y no sé si está viva o muerte", asegura mientras comprueba si tiene una llamada en su móvil. "He intentado contactar con ella a través de la Cruz Roja colombiana pero ha sido imposible y tampoco tengo noticias de los compañeros que trabajaban con ella. Esto es terrible, pero ¿qué puedo hacer yo desde aquí?", se pregunta.

Desde que la joven comenzó a trabajar en el hospital de la Quinta Región del Maule,Marisa Jácome hablaba con ella todos los días,"aunque solo fuera un minuto". La impotencia de no contactar con su hija Johandry Amaris Jácome la atormenta,pero saber que han localizado a los jóvenes españoles que allí estudiaban le hace mantener la esperanza." Espero una llamada tranquilizadora que me diga que no le ha pasado nada, que está bien,pero no la tengo", relata."Ni siquiera sabemos si el hospital en el que trabajaba está derrumbado o no",añade.

Mientras relata a FARO su sufrimiento se saca una y otra vez el móvil del bolsillo,pero no hay noticias. Su rostro refleja la preocupación de una madre.Le tiembla la voz cuando habla de su hija y una sonrisa ilumina su cara cuando alguien le presta su ayuda o le da esperanzas para encontrarla con vida. Lo último en lo que piensa es que esté muerta.

Esfuerzos en vano

Esta colombiana, que trabaja de lunes a domingo como camarera en Vigo para poder darles una carrera universitaria a sus hijos, no deja de darle vueltas a lo sucedido buscando una respuesta." Estoy trabajando pero mi cabeza está pendiente de Santiago de Chile y de las noticias que pueda tener",cuenta.Ha intentado contactar con la embajada y el consulado chilenos pero no ha obtenido respuesta."Hay mucha gente afectada y no dan identidades, pero espero que facilitando el nombre de mi hija pueda obtener ayuda",explica.

Sus otros dos hijos están intentando comunicarse también con su hermana desde Colombia a través de correo electrónico y teléfono, pero todos los esfuerzos hasta el momento han sido en vano."Mi familia en Colombia está como yo, pendiente del móvil todo el rato, pero no hay ningún tipo de comunicación, ni siquiera luz, y eso nos está desesperando", apunta.

Marisa Jácome espera que su hija esté ayudando a otras personas afectadas" porque ella es médica"."A lo mejor, aunque quiera decirnos que está bien, no tiene manera de hablar con nosotros. Las carreteras están destrozadas y tienen que acceder al lugar de la catástrofe por Argentina",dice. Tras los intentos fallidos la colombiana afincada en Vigo ha depositado sus esperanzas en los medios de comunicación. "Los periodistas pueden tener más facilidades para comunicarse y saber qué ocurre allí, cómo están los afectados", asegura."Cualquier información que me pueda llegar relacionada con el hospital donde trabaja mi hija es muy importante para mí,porque solo así podré estar más tranquila",añade.