La llamada opción pública, esto es, la posibilidad de que los ciudadanos de EE UU recurran a un seguro médico ofrecido por el Estado, se abre paso en la reforma sanitaria que actualmente se debate en el Congreso. Días después de que la mayoría demócrata en el Senado la resucitara, la Cámara de Representantes presentó ayer un borrador en el que también la acepta.

De este modo, la opción pública ha pasado de estar casi descartada hace apenas quince días, con gran disgusto del presidente Obama, a adquirir carta de naturaleza en la reforma. Obama, que ayer se felicitó de la decisión tomada por la Cámara, ya advirtió a los legisladores que no firmará una ley que excluya la posibilidad de que los ciudadanos que no puedan o no quieran pagar un seguro privado recurran a uno público, la "bestia negra" de los republicanos.

Aspectos por pulir

En su presentación del borrador de la Cámara, Pelosi advirtió de que aún quedan aspectos por pulir, como la utilización de fondos federales para practicar abortos o la posibilidad de que los inmigrantes ilegales accedan a la opción pública. El texto estima que el Estado gastará el equivalente a 600.000 millones de euros en 10 años para garantizar la sanidad al 95% de la población. Cuando esté finalizado, el texto de la Cámara tendrá que armonizarse con el que salga de la fusión de los dos que actualmente se debaten en el Senado.