Al menos ocho soldados estadounidenses y un civil afgano murieron ayer en un múltiple atentado con bomba en el sur de Afganistán, lo que eleva a 55 el número de militares del Pentágono muertos en lo que va de mes y convierte al actual octubre en el mes más sangriento para EE UU desde que se inició la guerra en el país asiático en octubre de 2001.

Las ocho muertes se produjeron, además, 24 horas después de que 14 soldados estadounidenses perdieran la vida el lunes en un doble accidente de helicóptero y en unos momentos en los que el presidente Obama está tratando de decidir si envía 40.000 soldados más para combatir a la insurgencia talibán –en su período de mayor actividad desde el inicio de la guerra–, tal y como le reclama el general Stanley McCrystal, máximo responsable militar de la campaña.

Horas antes del mortífero atentado de ayer, Obama advirtió de que no piensa apresurarse en tomar una decisión por más que arrecien sobre él las críticas de "falta de determinación" para poner en marcha una nueva estrategia en la región.

Mientras, en Europa, los ministros de Exteriores de la UE reconocieron ayer en un documento estratégico el creciente deterioro de la situación en Afganistán y emplazaron al Gobierno que salga de la segunda vuelta electoral del próximo 7 de noviembre a dar un giro completo a su acción, a cambio de lo cual le prometieron aumentar su ayuda y mejorar su eficacia.

Los ministros aprobaron un plan de acción integrado para Afganistán y Pakistán, conscientes de que el impulso bélico se ha extendido a ambos lados del cinturón montañoso que separa los dos países. "Pakistán debe ser parte de la solución", asegura el texto comunitario. Precisamente, el Ejército pakistaní informó ayer de la muerte de 42 talibanes en el marco de la ofensiva desencadenada en esa área.

Para la UE, la clave para revertir lo que cada vez más se percibe como una derrota en Afganistán no está en el plano bélico sino en que el progreso en la reforma política, la gobernanza y la creación del Estado "es demasiado lento y en algunas partes del país resulta casi inexistente".