El futuro gobierno alemán apostará por las rebajas fiscales y el apoyo a las familias y a las pequeñas y medianas empresas como fórmula central para combatir la crisis económica y volver a la senda del crecimiento económico. Así se desprende del acuerdo de coalición, presentado ayer por la canciller, Angela Merkel, el futuro vicecanciller y jefe del Partido Liberal (FDP), Guido Westerwelle, y el presidente de la Unión Socialcristiana (CSU) y primer ministro bávaro, Horst Seehofer.

"Cumpliremos lo que dijimos en las elecciones y no subiremos impuestos sino que rebajaremos las cargas fiscales para los ciudadanos y las empresas", dijo Merkel, también presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU).

La canciller subrayó, además, que la promesa de no subir impuestos era válida para los cuatro años de la legislatura.

Westerwelle, por su parte, dijo que el acuerdo de coalición tenía un sello liberal y celebró las rebajas fiscales proyectadas, aunque éstas no alcancen el monto que propuso su partido durante la campaña electoral.

"Queremos que otra vez merezca la pena trabajar y que los ciudadanos obtengan más de su salario bruto", dijo Westerwelle. "Queremos que las familias sean aliviadas y empezaremos con ello el 1 de enero del año próximo", dijo el futuro vicecanciller.

El subsidio familiar deberá aumentarse de los 164 euros mensuales actuales a 200 euros y la cantidad desgravable por hijo deberá subir de los 6.024 euros al año a 7.004 euros.

En total, se calcula que las ayudas a las familias deberán tener un coste para el Estado de 8.500 millones de euros.

Además, se aplicarán modificaciones a la ley de imposición a las empresas y al impuesto sobre las herencias que significarán un alivio global de 2.500 millones de euros. A eso deberá agregarse la reforma fiscal que deberá aprobarse en 2011.

En total, se proyecta una rebaja fiscal por una total de 24.000 millones de euros que se realizará en varios pasos y que deberá cerrarse en el año 2013.