El presidente checo, Vaclav Klaus, declaró este miércoles que mantiene sus condiciones para la ratificación del Tratado de Lisboa y no piensa cambiar su postura. "Las condiciones que he planteado para ratificar el Tratado de Lisboa son muy importantes. No crean que puedo plantearlas y olvidarme de ellas al otro día", dijo a la prensa tras reunirse con el presidente ruso, Dmitri Medvédev.

Klaus subrayó que se equivocan quienes piensan que él aprovecha de forma coyuntural la oportunidad para arrancar concesiones a la Unión Europea (UE), pues para él se trata de "asuntos de principio", según las agencias rusas.

"He explicado al señor presidente (Medvédev) que nosotros -y no solo nosotros- tememos una integración más profunda en la UE, y también le he explicado en qué etapa de negociaciones con Bruselas nos encontramos", dijo.

Al mismo tiempo, subrayó que no ve "ningún sentido" en "enviar señales a la UE desde Moscú". "No diré aquí nada nuevo (...) Mi diálogo con los dirigentes comunitarios sobre cómo debe estructurarse la vida en la Unión Europea continuará en el futuro", enfatizó.

Klaus exige una exención para su país de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE similar a las que negociaron Polonia y Reino Unido como condición para ratificar el Tratado.

Según medios checos, esa modificación pretende garantizar que la minoría germana de los Sudetes expulsados de Checoslovaquia tras la Segunda Guerra Mundial no puedan exigir indemnizaciones.

El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, opinó ayer que es imposible reabrir el contenido del Tratado de Lisboa para incluir las exigencias del dirigente checo, pero no descartó que los Veintisiete negocien una solución al respecto.

La República Checa es el único país entre los 27 socios de la UE que aún no ha aprobado el documento.