El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, acusó este miércoles a la Corte Constitucional de ser "de izquierdas" y aseguró que él sigue "para adelante" porque "estas cosas" le importan "un pepino".

Estas fueron las primeras declaraciones públicas del primer ministro italiano tras conocer el veredicto final de la Corte Constitucional italiana, que esta tarde rechazó la ley con la que Berlusconi pretendía protegerse de los procesos abiertos contra él.

Berlusconi dijo estas palabras a la salida de su residencia privada, Palazzo Grazioli, que se hallaba asediada por los periodistas. De hecho, la calle donde se encuentra, via del Plebiscito, así como la via dell'Umiltà, que es donde se halla la sede de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), quedaron blindadas por la Policía.

Antes de dirigirse a Palazzo Venezia para la inauguración de una exposición, aseguró que su Gobierno durará "cinco años, con o sin el 'Lodo Alfano'", que es el nombre con el que se conocía la ley en cuestión. De hecho, "yo nunca he creído que fueran a aceptarla ya que con una Corte Constitucional con once jueces de izquierdas era imposible que la aceptaran", aseguró.

Además, "el jefe de Estado sabéis vosotros de qué parte está", dijo, en alusión al presidente de la República, Giorgio Napolitano. Así las cosas, "con jueces de la Corte Constitucional elegidos por tres jefes de Estado de izquierdas", este organismo judicial ya no es un "órgano de garantía" sino "un órgano político", aseguró.

Aparte de estas declaraciones, el Gobierno difundió un comunicado oficial en el que Berlusconi aseguró que respeta la decisión de la Corte Constitucional "en el marco de un sistema democrático".

"Aun con todo, tomo nota de que este sistema, sobre todo a causa de las modalidades con que se elige a los miembros de la Corte, corre el riesgo de alterar, con el tiempo, el correcto equilibrio entre los poderes del Estado, los cuales tienen su origen en la soberanía del pueblo", puntualizó.

'Il Cavaliere' insistió en que ni "la solidez" de su Gobierno ni "todavía menos" su "voluntad de proseguir con determinación el mandato recibido del pueblo" corren ningún riesgo. "Por lo demás, no tengo ni la más mínima duda de que las acusaciones infundadas y risibles que todavía se dirigen contra mí caerán bajo el examen de magistrados honestos, independientes y respetuosos de la ley y de la propia conciencia", concluyó.

A pesar de la seriedad del caso, Berlusconi no renunció a su habitual tono bromista y, nada más llegar a la inauguración de la exposición, que estaba dedicada a los santos patronos de Italia, echó en falta el "retrato de san Silvio de Arcore, el que hace que Italia no esté en manos de ciertos señores de izquierdas".