Las autoridades indias continúan sus esfuerzos para aliviar la situación de millones de personas afectadas por unas fuertes inundaciones, que han causado ya 228 muertos en el sur y oeste del país, según fuentes oficiales.

La peor situación la viven los habitantes de la región de Karnataka (suroeste), donde han perecido hasta el momento 170 personas y hay más de 1,5 millones de damnificados, si bien las autoridades sienten alivio por la mejora climatológica.

"En las últimas 12 horas las lluvias e inundaciones nos han dado un respiro en el norte, aunque las partes costeras y centrales del siguen sufriendo lluvias", ha declarado a la agencia india IANS el secretario del consejo regional de desastres, H. V. Parashwanath.

Las autoridades regionales han intensificado sus operaciones de ayuda y rescate, para lo cual han requerido la intervención del Ejército indio, y el despliegue de lanchas y helicópteros militares para acceder a los distritos más afectados por las inundaciones.

Casi dos millones dedamnificados

"Hemos alojado y alimentado a unas 177.500 personas, y hemos abierto 598 centros de atención. Muchas personas aisladas por las inundaciones han sido trasladadas a escuelas o edificios comunitarios", ha añadido Parashwanath.

El nivel de las aguas ha comenzado a decrecer en algunos distritos del norte de la región -la parte más afectada-, pero los daños causados en las vías de comunicación están entorpeciendo las labores de ayuda.

Las autoridades calculan que en la región hay 1,8 millones de afectados, de los cuales 400.000 han perdido sus viviendas. Las aguas también han destruido cultivos, infraestructuras cívicas y de transporte e instalaciones eléctricas.

En la ciudad de Kurnool y los alrededores, las autoridades han tenido que evacuar a más de 100.000 personas, pero muchos lugareños continúan atrapados en los tejados de sus casas sin acceso a comida ni agua tras el desbordamiento de los ríos Tungabhadra, Hundri y Krishna.