Esta decisión coincide con la reanudación, ayer, de las relaciones formales entre la Organización y las autoridades rusas después de la interrupción tras la invasión rusa de Georgia.

Las fuentes consultadas por EFE indicaron que se trata de dos miembros de la representación rusa ante la OTAN, que estarían implicados en el caso de un alto funcionario estonio que fue condenado en febrero a doce años de cárcel por haber facilitado información secreta a Moscú.

Según estas fuentes, las autoridades rusas niegan cualquier implicación de sus diplomáticos con tareas de espionaje.

Desde Moscú, el Ministerio de Exteriores calificó la medida adoptada por la OTAN de "burda provocación" y amenazó con tomar medidas de represalia.

Las fuentes contactadas por EFE aseguraron que este tema no fue tratado ayer en la primera reunión del Consejo OTAN-Rusia celebrado después de la guerra de Georgia.

La tensión entre ambas partes ha aumentado en los últimos días ante el comienzo de unas maniobras aliadas en territorio georgiano.