Akashi, que llega a última hora de hoy y permanecerá tres días en la isla, se suma a los esfuerzos que hicieron, sin éxito, los ministros de Exteriores de Francia y Gran Bretaña ayer y días antes una delegación de la India.

Horas antes de la llegada de Akashi, el presidente ceilanés, Mahinda Rajapaksa, rechazó de forma categórica la posibilidad de declarar una "pausa humanitaria" en los combates y criticó duramente a los países que se lo han pedido.

La ONU calcula que quedan 50.000 civiles, privados de ayuda humanitaria y víctimas del fuego entre ambos bandos, en el pequeño reducto del distrito norteño de Mullaitivu en el que resiste la guerrilla tamil.

"Nunca hemos apostado por un alto el fuego. No lo haremos ahora", reiteró el presidente en un discurso recogido en un comunicado oficial.

Rajapaksa argumentó que "todo el mundo puede ver ahora" cómo la guerrilla de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) "usa tanques para disparar contra la población tamil que huye" del territorio guerrillero, que el Ejército calcula en 5 kilómetros cuadrados.

Por tanto, el presidente cuestionó que sean necesarios observadores o enviados "especiales" a la zona.

"Debo advertir al mundo de que esta falta de visión podría llevar a una tragedia internacional", aseveró Rajapaksjka, que, tras observar cómo han sido "bombardeados" países como Irak o Afganistán, sugirió: "antes de acusar a otros, tienes que tener la fortaleza de saber qué haces tú mismo".

Según dijo a Efe por teléfono su portavoz, Lucien Rajakarunanayake, el presidente recibirá el próximo sábado a Akashi, que ha actuado como mediador en el conflicto ceilanés y cuyo país alojó en 2003 la conferencia de donantes para Sri Lanka que siguió al alto el fuego con el LTTE.

Un analista en Colombo observó a Efe que la visita de Akashi "preocupa" más al Gobierno ceilanés que las presiones europeas, ya que Japón "es el primer país donante" de la isla.

"El día que Japón cambie su política en Sri Lanka, las cosas empezarán a cambiar", abundó.

El Ejército anunció hoy que su operación en Mullaitivu entró en su "fase final" e informó de la muerte de 29 miembros del LTTE en las últimas 48 horas, en las que otros 20 resultaron heridos en combate.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR, la única agencia con acceso a la zona), en un comunicado, volvió a lanzar la voz de alarma sobre los civiles tamiles que "continúan atrapados y en peligro" en la zona de combates.

"Dada la catastrófica situación de miles de desplazados, de personas enfermas y heridas todavía en el área de conflicto, las partes deben hacer más para protegerlos y deben permitir (la llegada) de más alimentos y medicinas a la zona", urgió la portavoz del CICR, Monica Zanarelli.