Los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) pidieron además a Naciones Unidas y otras organizaciones de ayuda que intervengan rápidamente para prevenir una catástrofe en la franja costera que todavía controla frente al Ejército.

"Tememos que más retrasos puedan resultar en una crisis similar a la de Darfur (Sudán) o incluso más mortal", aseguró el LTTE en un comunicado publicado en un portal web afín, Tamilnet.

Según los guerrilleros, más de 165.000 personas se encuentran en las áreas bajo su control -un área costera de 10 kilómetros cuadrados en el noreste-, aunque el Gobierno estima que los civiles son en realidad entre 15.000 y 20.000, y la ONU los ha cifrado en 50.000.

A Sri Lanka tiene previsto llegar hoy el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes, para estudiar la situación de los civiles atrapados en área tamil y de aquellos que han pasado a manos del Ejército tras la ofensiva militar lanzada el lunes.

La guerrilla, que se declaró preparada para "comprometerse en un diálogo constructivo que resuelva la crisis humanitaria", acusó al Gobierno de Sri Lanka de bloquear los suministros de comida y medicina, lo que calificó como un "crimen de guerra" y "genocidio".

"Los suministros de comida han sido retirados desde el 2 de abril, y desde el 11 las autoridades locales buscan raciones secas para minimizar el espectro del hambre. Según el secretariado del Distrito, se recibieron 1.050 toneladas de comida cuando el mínimo requerido eran 4.950", dijo la guerrilla.

El pasado lunes, el Ejército ceilanés lanzó una ofensiva que ha confinado a unos cientos de guerrilleros en una franja costera donde sobreviven decenas de miles de civiles, expuestos a bombardeos militares y a la ejecución por el LTTE si intentan escapar.

"Las rutas de suministro han sido atacadas deliberadamente por artillería y morteros. La ocupación de Puthukudiyiripu y los alrededores han hecho imposible el suministro alimentario por tierra. La única opción es el suministro por mar", indicó la guerrilla.

Aunque las reivindicaciones del LTTE carecen de verificación independiente, en los últimos días ha aumentado la preocupación internacional por la situación de los civiles víctimas del conflicto, que dura ya más de 25 años.

A la llegada prevista de John Holmes se sumó la petición anoche de la Casa Blanca para que ambas partes se avengan a un cese inmediato de las hostilidades, aunque Sri Lanka, a punto de derrotar a la guerrilla, ya ha rechazado varias veces la posibilidad de detener la ofensiva.

Según la ONU, casi 6.500 civiles han muerto en lo que va de año víctimas de los combates en el noreste.