"La mayoría de los talibanes se marcharon ayer y el resto lo está haciendo hoy", dijo a Efe Zahid Bunairi, portavoz del Gobierno de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP, siglas en inglés), a la cual pertenece Buner.

Varias camionetas cargadas de talibanes comenzaron a abandonar Buner el viernes, después de que los insurgentes acordasen la retirada en una reunión con el jefe de la Administración de la división regional de Malakand, Mohamed Javed, que contó con la mediación del clérigo radical Sufi Mohamed.

Javed fue sustituido hoy por Fazal Karim Khattak en el cargo, en una decisión que, según los analistas, se debe a su supuesta connivencia con los insurgentes y a los recelos hacia él provenientes de la cúpula militar.

El portavoz gubernamental Bunairi agregó que los "aproximadamente 250 miembros de las fuerzas de guardia de frontera" que se desplazaron el pasado jueves al distrito de Buner "para proteger los edificios oficiales" continuarán desplegados en la zona.

El canal privado "Geo TV" informó de que todos los mercados de Buner han abierto hoy y aseguró que la retirada de los insurgentes ha sido completa.

Las fuentes no confirmaron la marcha de los talibanes de la demarcación vecina de Shangla, donde este jueves comenzaron a patrullar unos 30 insurgentes.

El avance de los talibanes hasta Buner, a unos cien kilómetros de Islamabad, ha suscitado gran preocupación internacional, en especial en EEUU, cuya secretaria de Estado, Hillary Clinton, instó a Pakistán a no ceder territorio a los integristas.

Swat, Shangla y Buner pertenecen a la división regional de Malakand, en la cual el Gobierno de la NWFP se avino en febrero a un acuerdo con la insurgencia que supone la aplicación de la "Sharía" (Ley Islámica) a cambio de la pacificación del valle.

A las críticas internacionales a este pacto, rubricado la semana pasada por el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, se han unido en los últimos días las de la propia clase política del país, que previamente lo había respaldado casi por unanimidad en el Parlamento nacional.

Asimismo, el jefe del Ejército, Ashfaq Pervez Kiyani, dijo ayer que "una pausa operacional, con la intención de dar una oportunidad a las fuerzas reconciliadoras, no puede ser tomada como una concesión a los insurgentes", según un comunicado.

"El Ejército está comprometido a luchar para acabar con la insurgencia, que pone en peligro las vidas de los ciudadanos pacíficos del país y desafía al Estado", expuso Kiyani, según la nota.

De momento, las Fuerzas Armadas paquistaníes mantienen una tregua con los talibanes en Swat en virtud del acuerdo de paz, aunque se han seguido registrando incidentes.

Hoy mismo, los insurgentes impidieron la entrada de un convoy de las fuerzas de seguridad a la ciudad de Mingora, capital de Swat, según informaron distintos medios.