Cerca de dos centenares de miembros de la guardia de fronteras se han desplegado ya en Buner, distrito de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP) situado al sur del valle de Swat y cercano a Islamabad, explicó el portavoz del Ejército, Athar Abbas.

"Tienen la misión de proteger los edificios oficiales y permanecerán en la zona hasta que los insurgentes hayan sido expulsados", expuso la fuente.

Hoy mismo, un policía murió y otro resultó herido en un ataque perpetrado por insurgentes contra un convoy de las fuerzas de seguridad en esta región, según informaron los medios del país.

En torno a un centenar de talibanes del valle de Swat entraron por la fuerza hace dos semanas en Buner y en este intervalo han establecido puestos de control y patrullado por la zona, al tiempo que han recibido refuerzos.

Los insurgentes se adentraron en Buner cuando las autoridades aún no habían ratificado un acuerdo de paz con los talibanes de Swat que supone la aplicación de la ley islámica en este valle y en otras áreas septentrionales vecinas.

El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, firmó el pacto la semana pasada.

Los integristas se han negado a abandonar Buner y su portavoz en Swat, Muslim Khan, ha asegurado que permanecerán en el distrito todo el tiempo que deseen.

El portavoz insurgente también ha declarado que la ley islámica debe ser aplicada en todo Pakistán.

La comunidad internacional, con EEUU a la cabeza, ha criticado duramente el pacto y ha instado a las autoridades de la república surasiática a no ceder ante los talibanes.

Ayer, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, advirtió de que el avance de los talibanes supone una "amenaza existencial" para Pakistán y pidió que se rechace una política que ceda terreno a los terroristas.