Gates, que visitó una base militar en Carolina del Norte, donde infantes de marina preparan su salida hacia Afganistán, explicó que su mayor preocupación era proteger a los agentes de la CIA que estuvieron involucrados en las torturas pero que las aplicaron dentro de las directrices que les dio el Departamento de Justicia.

El titular de Defensa destacó su temor ante posibles repercusiones en Irak y en Afganistán y otras áreas en las que tropas estadounidenses y funcionarios civiles afrontan la amenaza de la violencia de militantes islamistas.

"Estuve bastante preocupado (...) por las posibles repercusiones en Oriente Medio y en otros escenarios en los que estamos involucrados en un conflicto", dijo Gates cuando fue preguntado por la desclasificación, la semana pasada, de cuatro documentos en los que se detallaban las prácticas coercitivas que el anterior Gobierno aplicó a sospechosos de terrorismo y se justificó legalmente su uso.

En opinión de Gates, las revelaciones podrían tener un impacto negativo en las tropas destacadas en zonas de conflicto.

En las discusiones internas del Gobierno sobre la conveniencia de la publicación de los documentos "hubo el reconocimiento de que algunas de esas revelaciones podrían ser usadas (en contra de EEUU) por Al Qaeda y otros adversarios", afirmó.

Pese a esas preocupaciones, el secretario de Defensa consideró que los detalles de las prácticas de interrogación no podían permanecer secretos, en referencia a un informe publicado el miércoles por el Comité de Servicios Armados del Senado.

En ese informe se indica que el Gobierno que entonces presidía George W. Bush comenzó a preparar el uso de técnicas coercitivas en interrogatorios antes de que fueran autorizadas legalmente y semanas antes de que la CIA capturara a su primer sospechoso de terrorismo de alto nivel, y que las torturas se aplicaron más tarde en Guantánamo, en Afganistán y en Irak.

"Pretender que podíamos retener todo eso y mantener todo en secreto, incluso si hubiéramos querido, probablemente no era realista", explicó. A juicio de Gates, era "inevitable" que esa información saliese tarde o temprano a la luz pública. "Mucho ya ha salido", agregó.

El secretario de Defensa defendió además la postura del Gobierno de que los agentes de la CIA que aplicaron la tortura en interrogatorios guiados por el marco legal de la Administración Bush no deben ser procesados por sus actos.

El presidente de EEUU, Barack Obama, ha dejado la puerta abierta a la posibilidad de tomar medidas contra aquellos que legitimaron u ordenaron las torturas.