El presidente ruso, Dmitri Medvédev, salió ayer al paso de la crisis con la promesa de crear este año un millón de empleos temporales, edificar 40.000 viviendas de protección oficial y devolver al pueblo las hipotecas asequibles. El canal de televisión NTV transmitió ayer una entrevista en la que el jefe del Kremlin insta a la oposición liberal a que deje de criticar al Gobierno por la involución democrática y arrime el hombro para superar juntos las consecuencias de la crisis.

Esta nueva entrevista del ciclo “Conversación con el presidente” parece confirmar la capacidad de Medvédev, destacada por la prensa, de ofrecer a la audiencia un discurso correcto, fluido y solidario y no escatimar promesas, pero sin dar las valoraciones y respuestas que se esperan de un jefe de Estado convertido en gestor de crisis.

“Nuestra tarea es crear este año 1.070.000 puestos de trabajo temporales”, dice Medvédev, al recordar que el paro ya afecta al 8,5 por ciento de la población activa, 2,2 millones de personas, según la metodología rusa, y más de seis millones, conforme a la internacional. El líder ruso considera necesario poner en marcha los programas, ya aprobados sobre cursos de capacitación para unas 260.000 personas, a fin de “ayudar a los que están dispuestos a encontrar un nuevo empleo o abrir un negocio en las nuevas condiciones”.

Agrega que la crisis ha aplazado, pero no suspendido, la meta planteada de construir un metro cuadrado de vivienda al año por cada habitante (142 millones) y asegura que este año se edificarán unas 40.000 casas para los sectores más necesitados.

“Debemos respaldar a los sectores más vulnerables”, subraya Medvédev y precisa que habla de “jóvenes especialistas y familias jóvenes, jubilados, trabajadores de la esfera social y empleados públicos, es decir, las personas que no tienen fuentes adicionales de ingresos”. Añade que “esto, en principio, es una tarea que deberán realizar los territorios”, en alusión a las repúblicas del país, que “decidirán por sí solos a quiénes apoyan”.

Medvédev no se resiste a la tentación de evocar los logros de los tiempos de “vacas gordas”, al recordar que el año pasado se construyeron 64 millones de metros cuadrados de viviendas. También subraya que el volumen de hipotecas se triplicó en dos años, hasta los 633.000 millones de rublos (19.000 millones de dólares, 14.500 millones de euros) en 2008.