El gobierno alemán decidió hoy prohibir el cultivo del maíz transgénico MON 810, el único autorizado en Alemania y en la Unión Europea, porque entraña riesgos para el Medio Ambiente. Según afirmó en rueda de prensa la ministra alemana de agricultura Ilse Aigner, existen "pruebas suficientes de que el maíz del tipo MON 810 implica un deterioro del medio ambiente", que afecta especialmente al ecosistema de mariposas, mariquitas y todo tipo de organismos marinos. Esta clase de maíz, comercializado por el grupo Monsanto, está autorizado en la Unión Europea desde 1998, y en 2008 ocupó cerca de 3.600 hectáreas de los cultivos de Alemania, la mayoría situados en la parte oriental del país.

El resto de países de la UE prohibieron hace tiempo cualquier tipo de maíz modificado genéticamente, por no haberse esclarecido aún las posibles consecuencias adversas en la ecología. Tanto el Estado de Baviera como los grupos parlamentarios de los Verdes y la Izquierda presionaban al gobierno desde hacía tiempo para que decretara la prohibición total de los transgénicos, alegando daños en plantas y animales.

Así pues, en los últimas semanas el ministerio ha desarrollado numerosos estudios para evaluar las consecuencias negativas del MON 810 en la naturaleza. La cristianodemócrata Aigner ha tenido en sus manos estudios realizados por el Instituto para la Protección del Medio Ambiente, el Instituto federal Julius-Kühn e incluso un informe elaborado por Monsanto.

Según la empresa, el MON 810 contiene un gen que ha sido fabricado artificialmente y que resulta muy eficaz para combatir los parásitos que atacan al maíz, fundamentalmente de tipo lepidóptero, como las mariposas.

Sin embargo, todas las pruebas han confirmado que el cultivo de este transgénico conlleva un perjuicio del medio ambiente, además de que se ha probado que el maíz daña el sistema inmunológico de los ratones.

La ministra ha decretado una cláusula que prohíbe terminantemente al grupo Monsanto seguir adelante con el MON 810, conforme a una norma de protección medioambiental recogida en el derecho comunitario.

La medida de Aigner ha supuesto un éxito de los grupos y asociaciones ecologistas, que llevaban meses manifestándose y ha sido bien recibida por la Federación alemana para el Medio Ambiente y la Naturaleza (BUND) y por los Verdes y la Izquierda.

"La decisión de hoy es sólo un primer paso, pues ahora la ministra deberá oponerse a la autorización del maíz transgénico Bt11, de la marca Syngenta, y de 1507, de Pioneer", declaró Kirsten Tackmann, la portavoz de política de Agricultura de la Izquierda.

Esta decisión del gobierno alemán coincide con la "Semana de lucha contra los transgénicos y por la soberanía alimentaria", convocada en Barcelona por la red de entidades catalanas contra los alimentos transgénicos, Petroaliments, y que culminará el próximo sábado con una manifestación a nivel estatal. Además, durante los próximos meses el Consejo de Ministros de la UE deberá decidir sobre los tipos de maíz transgénico Bt11 y 1507.