Según la fuente, el suceso tuvo lugar en el distrito de Watapur, situado en la provincia oriental afgana de Kunar, y las autoridades afganas se han reunido ya con la ISAF y con líderes locales para iniciar una investigación.

La revelación se produce poco después de que la organización militar internacional hiciera público en un comunicado que investiga "la posibilidad de que haya heridos no combatientes" en el bombardeo, registrado esta mañana.

Según la organización, entre cuatro y ocho supuestos insurgentes murieron durante esa acción, registrada después de que los servicios de espionaje detectaran una reunión de insurgentes en una "conocida área enemiga" en el valle de Watapor.

"Los datos indicaban un intento hostil del enemigo para atacar puestos de la ISAF. Debido a la lejanía de la zona, la ISAF recurrió al apoyo aéreo y eliminó la amenaza del enemigo", se recoge en el comunicado.

La ISAF mantiene que la supuesta reunión insurgente tenía lugar en una zona "remota" y que las tropas no detectaron "aparentes estructuras o personal civil" antes del bombardeo, aunque reconoce que ha abierto una investigación.

"Lamentamos posibles heridas a civiles causadas por nuestras operaciones contra el enemigo", dice en el comunicado un portavoz de la ISAF, capitán Mark Durkin.

"Investigaremos la alegación de heridos civiles y, de ser ciertas, daremos asistencia para apoyar a las personas afectadas", agrega.

El gobernador del distrito, Zalmai Yousufzai, confirmó por su parte que las bombas afectaron a viviendas de civiles en la zona, situada a unos quince kilómetros de la capital provincial, Asadabad.

Las autoridades afganas consideran "inaceptables" las muertes de civiles a manos de las tropas presentes en el país, donde el año pasado varios miles de personas murieron víctimas de la violencia.

Según datos de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), en 2008 murieron 2.118 víctimas del conflicto, lo que supone un aumento del 40 por ciento respecto al año anterior.