Según el comunicado oficial, el ataque tuvo lugar entre las zonas de Rayak y Baalbeck, cuando los militares se trasladaban a la base aérea situada en la localidad de Rayak.

"Un vehículo del ejército cayó en una emboscada, en la que cuatro soldados murieron y un oficial resultó herido", asegura el mando de las fuerzas armadas en la nota.

Según la cadena de televisión libanesa LBC, que eleva el número de heridos a 13, los atacantes se desplazaban en dos vehículos todoterreno, desde los que lanzaron un cohete.

La cadena explicó que primero mataron al conductor y que luego se aproximaron hasta el vehículo donde dispararon contra el resto de uniformados.

En el comunicado, el Ejército ha solicitado a los habitantes del lugar a cooperar y a no ocultar a los atacantes.

Según los medios de comunicación locales, el ataque, que se produjo en una zona habitada, ha provocado distintas reacciones en la ciudad de Balbek.

Por un lado, según las fuentes, un grupo de lugareños festejó lo sucedido disparando al aire, mientras que un centenar de turistas franceses que visitaban las ruinas romanas de esta localidad abandonaron la ciudad presa del pánico y fueron evacuados a Rayan.

Las fuerzas de seguridad han intensificado su presencia y controles en el área del ataque, que podría haberse producido, según varios medios de comunicación locales, en represalia por la muerte el pasado 27 de marzo del importante traficante de droga libanés Ali Abas Yaafar en un puesto de control.

El clan al que pertenece Yaafar amenazó con vengar la muerte de su líder, que según fuentes oficiales fue disparado después de que se negara a detenerse en un control de seguridad, mientras que los miembros de su clan insisten en que fue emboscado y asesinado por miembros de los servicios de seguridad.

Esta agresión que coincide con el 34 aniversario del inicio de la guerra libanesa (1975-1990) ya ha sido condenado por los máximos responsables libaneses.

El presidente libanés, Michel Suleiman, ha pedido al comandante en jefe del Ejército, Jean Kajwayi, que castigue a "los criminales cualesquiera que sea el precio que haya que pagar para defender la dignidad del ejército y de la patria y para preservar la paz civil".

Por su parte, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, declaró que cualquier agresión contra el Ejército es una ofensa a todo el Líbano.

El primer ministro, Fuad Sinora, que se encuentra de visita en Egipto, insistió en referencia a lo sucedido que la ley debe prevalecer en todo el territorio libanés.