"Ya que muchas personas han ofrecido sus propias casas para ayudar a los evacuados del terremoto, yo también haré lo que pueda ofreciendo las mías", dijo a los periodistas.

El primer ministro comentó que "el desfile de féretros ha sido un espectáculo terrible. Lo digo como padre que comprende el dolor que puede comportar", tras ver los 205 ataúdes que fueron expuestos en el Plaza de Armas del Cuartel de la Escuela de la Guardia de Finanzas, donde el cardenal Tarsicio Bertone ,número dos de El Vaticano ofició el funeral de Estado.

Berlusconi, que conversó, consoló y abrazó a muchos familiares de las víctimas antes y después del funeral en L'Aquila, añadió que frente a la tragedia provocada por el terremoto que ha causado 298 muertos "el clima de unidad política no sólo es necesario sino indispensable".

Por su parte, el presidente del Senado, Renato Schifani, aseguró a la población de la región de Los Abruzos que no será abandonada y que deben "fiarse de las instituciones, del Gobierno, del Estado, de la política que nunca como ésta vez ha estado tan unida"