Corrillos de gente se concentraban hoy en el campo de atletismo de la ciudad para preguntar los unos a los otros si sabían del paradero de sus gentes con tono de preocupación y evitando preguntas de periodistas.

Muchos evacuados se dirigen al hospital de campaña levantado cerca del campo y otros a una furgoneta donde se ha instalado improvisadamente el centro de registro de los refugiados, ante el que se forman largas colas para comprobar listados.

Fuentes de los servicios de emergencia dijeron a Efe que todavía no se ha realizado el recuento definitivo de los evacuados que han dormido en las tiendas de campaña, ni tampoco se sabe cuántas personas durmieron en el coche.

Tampoco se sabe cuántas personas abandonaron la ciudad y se trasladaron a Pescara, a 100 kilómetros de L'Aquila, a dormir en los hoteles de turistas del Adriático.

Mientras tanto, los servicios de emergencia distribuían el desayuno consistente en bollos y zumos.

Las tiendas con una capacidad para ocho personas, protegieron escasamente a los refugiados del frío que, a pesar de las mantas distribuidas por Protección Civil, no lograron evitar.

Durante la noche se siguieron produciendo réplicas del terremoto de 5,8 grados en la escala de Richter que sacudió ayer la región de los Abruzos y cuyo epicentro se localizó a unos 100 kilómetros de Roma.

Uno de los momentos más tensos de la noche tuvo lugar a las 01.15 horas (23.15 GMT del lunes) cuando se registró la réplica más prolongada, con una magnitud de 4,8 grados en la escala de Richter, que amedrentó a los que trataban de dormir e interrumpió las tareas de rescate.

Sin embargo, tras las bajas temperaturas de anoche y la persistente lluvia que azotó a los supervivientes, el sol parece haber mejorado los ánimos.

Un mimo llegado de Milán, Francis Colsolaro, intenta consolar a los evacuados con menor o mayor éxito y se acerca a los grupos para animarles con mimo-terapia, según explicó a Efe.

Mientras tanto, en la ciudad de L'Aquila la cifra de víctimas sigue en aumento y hoy los cadáveres de dos jóvenes han sido rescatados de los escombros de la Casa del Estudiante, un tipo de Colegio Mayor.

Veintitrés horas después del terremoto, las fuerzas de socorro rescataron a las dos de la madrugada (00.00 GMT) a Marta Valente, una joven que permanecía bloqueada en los restos de un inmueble de cuatro pisos que se desplomó a causa del seísmo.

Valente es una estudiante de la provincia de Teramo que debe su vida a un golpe de fortuna, ya que cuando se desplomó edificio en el que estaba durmiendo, varios grandes pedazos de cemento armado interrumpieron su caída a pocos centímetros de su cuerpo.

La víctima salió de los escombros en buen estado físico, rescatada por los hombres del servicio de Socorro Alpino.

Unos 850 militares ya se han desplegado en la región de Abruzzo para trabajar en las tareas de rescate. El Ejército ha proporcionado 105 tiendas, 1.500 mantas y 1.400 camas de campaña, además de 13 excavadoras, una cisterna y torres de iluminación.

El príncipe Manuel Filiberto de Saboya ha llegado a la ciudad a las ocho de la mañana en solidaridad con las víctimas del terremoto.

Según los últimos datos, el número de muertos asciende ya a 179 en la zona que rodea al epicentro del terremoto y los medios italianos informan de 40 muertos todavía sin identificar, 34 desaparecidos, 1.500 heridos y 17.000 personas sin hogar.