La designación de Fisher ha sido posible tras lograrse un gran acuerdo nacional entre los principales partidos que ha abierto el camino a la formación de un nuevo Gobierno, que estaría formado por independientes y cerraría la crisis generada por la caída del anterior Ejecutivo conservador.

Fischer además tendrá que organizar las elecciones legislativas anticipadas que el país celebrará el próximo mes de octubre.

Su candidatura a primer ministro, acordada por la coalición gubernamental y la oposición socialdemócrata, pretende sacar al país de la crisis política tras la moción de censura que hace dos semanas derribó al Gobierno conservador de Mirek Topolanek.

Gobierno y oposición consensuaron anoche el nombre de Fischer, aunque la decisión final sobre su nombramiento corresponde al jefe del Estado, Vaclav Klaus.

"En principio estoy contento con el acuerdo", aseguró Klaus, quien constató que este pacto sobre un Gobierno de transición deberá ser aún ratificado por los órganos de dirección de los partidos.

El nuevo Gabinete de expertos contará con quince ministros, de los cuales la coalición de Topolanek propondrá ocho y los socialdemócratas siete.

Klaus valoró también que el candidato a primer ministro es realmente imparcial. "Creo que es un hombre razonable, que nunca tuvo una orientación política radical hacia uno u otro partido", dijo.

El candidato fue miembro del Partido Comunista Checoslovaco (KSC) entre 1980 y 1989, si bien nunca ostentó posiciones influyentes en la formación izquierdista.

Desde su graduación universitaria ha desarrollado toda su actividad profesional en el seno de la Oficina Estadística Checa (CSU), ente que actualmente preside.

El acuerdo, que prevé el relevo de este nuevo Ejecutivo antes del fin de la Presidencia checa de la UE, ha encontrado reticencias entre los miembros de la gubernamental Unión Democristiana.

Este partido, que ocupa ahora la vicepresidencia del Gobierno y cinco carteras ministeriales más, sólo obtendría la cartera de Educación y Cultura en el futuro Gabinete de expertos.

Los democristianos prefieren que el actual Ejecutivo en funciones se mantenga hasta que expire la Presidencia comunitaria el 30 de junio, lo que contraviene el acuerdo de ayer que prevé que el equipo dimisionario cese el 9 de mayo.

Ese pacto, con o sin los democristianos, gozaría de un amplio respaldo en la Cámara baja, que fue la condición que impuso el presidente Klaus desde el inicio de la crisis de Gobierno.

Igualmente, Fischer señaló como requisito para aceptar el cargo de primer ministro, el ser aceptado por todas las fuerzas políticas que suscriban el pacto.

El Gobierno checo propondrá al nuevo jefe del Ejecutivo -que es quien debe presentar esos candidatos al presidente para su nombramiento- los ministros de Defensa, Justicia, Finanzas, Medio Ambiente, Transporte, Educación, Cultura y Sanidad.

Los socialdemócratas, por su parte, se reservan la propuesta de los ministros de Asuntos Exteriores, Interior, Industria y Comercio, Agricultura, Asuntos Europeos, Trabajo y Asuntos Sociales, y Desarrollo Regional.

Otro cláusula del acuerdo es que la celebración de elecciones legislativas anticipadas tendrá lugar antes del 15 de octubre.