El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller federal alemana, Angela Merkel, se mostraron ayer intransigentes en su exigencia de una “nueva arquitectura” del sistema financiero mundial para que no vuelva a ocurrir “nunca más” una crisis como la actual. En una conferencia de prensa conjunta en vísperas de la cumbre del G-20 de hoy, en la que dijeron hablar con una sola voz, ambos estadistas insistieron en las que son para ellos “líneas rojas”, entre las que figura también en lugar preeminente la publicación de una lista de los llamados “paraísos fiscales”.

La firmeza de las posiciones de ambos líderes europeos parece presagiar duras negociaciones de última hora entre los participantes en esa reunión de países ricos y emergentes como China, India, Brasil, México y Argentina, y en la que España, al igual que Holanda, participa también como invitada.

Los dos estadistas fueron muy claros al decir que no hace falta más cumbres de las que salgan sólo declaraciones y dijeron que la nueva arquitectura de los mercados financieros mundiales “tiene que figurar claramente en el comunicado final”.

Aunque la crisis es actualmente también económica, no hay que olvidar que su origen es “financiero”, dijo Sarkozy, quien calificó por eso de capital importancia la regulación de los mercados. “Sin una nueva regulación no habrá confianza y sin confianza no habrá relanzamiento económico”, afirmó el presidente francés.

En relación con la lista de los paraísos fiscales, en la que insistieron ambos líderes y con lo que está de acuerdo también el anfitrión de la reunión, Gordon Brown, fuentes citadas por el “Financial Times” dijeron que la principal oposición viene de China. Aunque no nombraron concretamente al sistema financiero anglosajón, muy partidario de la menor regulación posible de los mercados, como principal responsable de la crisis, Sarkozy y Merkel insistieron en que ésa no era “un fenómeno natural” sino que tenía unas causas claras. “Lo importante ahora es extraer la lección de lo ocurrido para que no vuelva a pasar”, dijeron.

Tras esa clara muestra de unidad de los dos países más importantes de la Europa continental, los respectivos líderes tendrán ocasión de tratar sus exigencias con el resto de dirigentes del G-20.